No te asuste la cruz!
No te asuste la cruz. La prueba más cierta de amor consiste en sufrir por el amado, y, si Dios por tanto amor tanto dolor sufrió, el dolor que se sufre por él resulta tan amable como el amor. En las aflicciones que el Señor te regala, sé paciente y confórmate al Corazón divino con alegría, sabiendo que todo es una broma continua del Amante. Las tribulaciones, las cruces, han sido siempre la herencia y la porción de las almas elegidas. Cuanto más quiere Jesús elevar un alma a la perfección, tanto más le aumenta la cruz de la tribulación. Alégrate, te digo, al verte tan privilegiada sin ningún merecimiento por tu parte. Cuanto más atribulada estés, tanto más debes alegrarte porque el alma en el fuego de las tribulaciones se convertirá en oro fino, digno de ser colocado para brillar en el palacio del cielo. (14 de julio de 1914, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 126) En la actualidad por nuestro ser de personas esencialmente racionalistas y muchas veces du