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Mostrando entradas de febrero, 2022

LECTIO DIVINA MARTES 8ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

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  LECTIO DIVINA MARTES 8ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO I Pedro 1,10-16. Marcos 10, 28-31 Señor Jesús, que Tú seas mi única recompensa.   LECTIO   PRIMERA LECTURA De la primera carta del apóstol san Pedro 1,10-16    Hermanos: Los profetas, cuando predijeron la gracia destinada a ustedes, investigaron también profundamente acerca de la salvación de ustedes. Ellos trataron de descubrir en qué tiempo y en qué circunstancias se habrían de verificar las indicaciones que el Espíritu de Cristo, que moraba en ellos, les había, revelado sobre los sufrimientos de Cristo y el triunfo glorioso que los seguiría. Porque se les dio a conocer que ellos no verían lo que profetizaban, sino que estaba reser vado para nosotros. Todo esto les ha sido anunciado ahora a ustedes, por medir de aquellos que les han predicado el Evangelio con la fuerza del Espíritu Santo enviado del cielo, y ciertamente es algo que los ángeles anhelan contemplar. Por eso, viviendo siempre atentos y vigilantes, pongan toda su esper

LECTIO DIVINA LUNES 8ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

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  LECTIO DIVINA LUNES 8ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO I Pedro: 1, 3-9. Marcos: 10, 17-27 Señor: ¡Manténme en tu amor con una caridad activa!   LECTIO   PRIMERA LECTURA Ustedes no han visto a Cristo, y sin embargo, lo aman; al creer ahora en él se llenan de una alegría indescriptible. De la primera carta del apóstol san Pedro: 1, 3-9               Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su gran misericordia, porque al resucitar a Jesucristo de entre los muertos, nos concedió renacer a la esperanza de una vida nueva, que no puede corromperse ni mancharse y que él nos tiene reservada como herencia en el cielo. Porque ustedes tienen fe en Dios, él los protege con su poder, para que alcancen la salvación que les tiene preparada y que él revelará al final de los tiempos.  Por esta razón, alégrense, aun cuando ahora tengan que sufrir un poco por adversidades de todas clases, a fin de que su fe, sometida a la prueba, sea hallada digna de alabanza, gloria y honor, el día de la m

LECTIO DIVINA 8º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO C

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LECTIO DIVINA 8º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO C Eclesiástico (Sirácide): 27, 5-8. corintios: 15, 54-58. Lucas: 6, 39-45 Señor Dios nuestro, dame una mirada limpia y misericordiosa.   PRIMERA LECTURA No alabes a nadie antes de que hable. Del libro del Eclesiástico (Sirácide): 27, 5-8   Al agitar el cernidor, aparecen las basuras; en la discusión aparecen los defectos del hombre. En el horno se prueba la vasija del alfarero; la prueba del hombre está en su razonamiento. El fruto muestra cómo ha sido el cultivo de un árbol; la palabra muestra la mentalidad del hombre.  Nunca alabes a nadie antes de que hable, porque esa es la prueba del hombre.    Palabra de Dios.  R./ Te alabamos, Señor.   El texto del libro del Eclesiástico o Sirácida, rico en sabiduría humana, nos ayuda a reflexionar sobre el modo de conocer a los hombres y el modo de evaluar sus comportamientos y su conducta de vida, sin excluir el conocimiento de nosotros mismos. El hombre manifiesta, en efecto, su verdadera identida

LECTIO DIVINA SÁBADO 7ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

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  LECTIO DIVINA SÁBADO 7ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO Santiago: 5, 13-20. Marcos: 10,13-16 Señor concédeme la gracia de confiar plenamente en Ti.   LECTIO   PRIMERA LECTURA Mucho puede la oración insistente del justo. De la carta del apóstol Santiago: 5, 13-20   Hermanos míos: ¿Sufre alguno de ustedes? Que haga oración. ¿Está de buen humor? Que entone cantos al Señor. ¿Hay alguno enfermo? Que llame a los presbíteros de la Iglesia, para que oren por él y lo unjan con aceite, invocando al Señor. La oración hecha con fe le dará la salud al enfermo y el Señor hará que se levante; y si tiene pecados, se le perdonarán.  Por lo tanto, confiesen sus pecados los unos a los otros y oren los unos por los otros para que se curen. Mucho puede la oración insistente del justo: Elías era un hombre igual a nosotros, y cuando oró con insistencia para que no lloviera, no llovió en tres años y medio; volvió a orar, y el cielo dio su lluvia, y la tierra, sus cosechas. Hermanos míos, si alguno de ustedes se