Cristo ha resucitado, resucitemos con Él
30 de abril El camino trazado por el apóstol al cristiano es el de despojarse de los vicios del hombre viejo, o sea del hombre terreno, y de revestirse con las virtudes enseñadas por Jesucristo. En cuanto a despojarse de los vicios, él dice: « Mortificad vuestros miembros terrenos ». El cristiano santificado por el bautismo no queda libre de las rebeliones de los sentidos y de las pasiones; de aquí surge la necesidad imperiosa de mortificar nuestras pasiones, mientras se está en esta vida. El mismo santo apóstol experimentó en sí mismo bastante duramente la rebelión de los sentidos y de las pasiones, por lo que emitió este lamento: « Y o mismo con la mente sirvo a Dios y con la carne sirvo a la ley del pecado (es decir a la ley de la concupiscencia)». Como si hubiera querido decir: yo mismo soy siervo de la ley de Dios con la mente, pero con la carne estoy sometido a la ley del pecado. Todo lo cual va dicho para consuelo espiritual de tantas pobres almas que, asalt