"He Corrido hasta la meta, he perseverado en la fe"
EL FARISEO Y EL PUBLICANO HOMILÍA PARA EL XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO “C” Sirácida 35,15b-17.20-22ª; 2 Timoteo 4,6-8.16-18; Lucas 18,9-14 El Evangelio de este domingo es la parábola del fariseo y del publicano. Quien acuda a la iglesia el domingo oirá un comentario más o menos de este tipo. El fariseo representa el conservador que se siente en orden con Dios y con los hombres y mira con desprecio al prójimo. El publicano es la persona que ha errado, pero lo reconoce y pide por ello humildemente perdón a Dios; no piensa en salvarse por méritos propios, sino por la misericordia de Dios. La elección de Jesús entre estas dos personas no deja dudas, como indica el final de la parábola: este último vuelve a casa justificado, esto es, perdonado, reconciliado con Dios; el fariseo regresa a casa como había salido de ella: manteniendo su justicia, pero perdiendo la de Dios. Tal vez, la explicación que hemos escuchado siempre ya no nos deje satisfechos