LECTIO DIVINA 30 DE DICIEMBRE, SEXTO DÍA DE LA OCTAVA DE NAVIDAD

 LECTIO DIVINA 30 DE DICIEMBRE, SEXTO DÍA DE LA OCTAVA DE NAVIDAD

I Juan 2,12-17. Lucas 2,36-40

El que cumple la voluntad de Dios permanece para siempre



 

LECTIO

 

PRIMERA LECTURA

De la Primera carta del apóstol san Juan 2,12-17

 

            Les escribo a ustedes, hijos, porque les han sido perdonados sus pecados por el poder de su nombre.

            Les escribo a ustedes, padres, porque han conocido al que es desde el principio.

            Les escribo a ustedes, jóvenes, porque han vencido al maligno.

            Les escribo a ustedes, hijos, porque han conocido al padre.

            Les escribo a ustedes, padres, porque han conocido al que es desde el principio.

            Les escribo a ustedes, jóvenes porque son fuertes y la Palabra de Dios permanece en ustedes y han vencido al maligno.

            No amen al mundo ni lo que han en Él. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en Él. Porque todo lo que hay en el mundo -los apetitos desordenados, la codicia de los ojos y el afán de grandeza humana- no viene del Padre, sino del mundo. El mundo y todos sus atractivos pasan. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

 

PALABRA DE DIOS

R./ Te alabamos Señor.

 

¿Cómo vivir el amor hacia el Padre? El texto es una exhortación afectuosa a la comunidad cristiana para que sea coherente con el plan de salvación y con las opciones hechas respecto a Dios y al mundo.

El Apóstol, dirigiéndose a los hijos en general, los invita a reflexionar sobre su situación actual de salvación cristiana en la que viven, porque han obtenido el perdón de sus pecados (v. 12) y han conocido al Padre (v. 14a). Escribiendo a los padres les recuerda que han conocido a Jesús, «el que es desde el principio» (vv. 13a.14b; cf. 1,1; Jn 1,1) a través de su Palabra, por lo que se les exige una fe madura para no dejarse seducir por el mundo. A los jóvenes les recuerda que se han adherido a Jesús y han vencido al mal (v. 13b) y que su fuerza espiritual, reforzada por la Palabra de Dios los excluye de los compromisos con los fáciles atractivos del mundo (v. 14c). Este proyecto de vida espiritual se resume en la práctica en una vida apartada de la lógica del mundo, entendido este como reino del mal que se opone a Dios. Dios y el mundo son dos realidades opuestas. Del mundo, enemigo de Dios, Juan menciona algunos aspectos que pertenecen a la transitoriedad: «Los apetitos desordenados», es decir, las malas tendencias que viven en el hombre viejo e inclinado al pecado; «la codicia de los ojos», esto es, los deseos que pueden venir a través de los ojos, como el ansia de los bienes terrenos; «el afán de grandeza humana», es decir, el orgullo basado en la concepción materialista de la vida (vv. 15-16). 

Esta separación del mundo tiene su razón de ser: el cristiano vive en el mundo, pero sabe que Dios permanece mientras el mundo pasa (v. 17; cf. 1 Cor 7,31).

 

EVANGELIO

Lucas 2,36-40

 

            Hbía también una profetisa, Ana, hija de fanuel de la tribu de Aser, que era ya muy anciana. Había estado casada siete añor, siendo aún muy joven; Después había permanecido viuda hasta los ochenta y cuatro años. no se apartaba del templo, Dando culto al Señor día y noche con ayunos y oraciones. Se presentó en aquel momento y se puso a dar gloria a Dios y a hablar del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén. cuando cumplieron todas las cosas prescritas por la ley del Señor;  regresaron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo en saber en estatura y el favor de Dios lo acompañaba.

 

Palabra del Señor

R./ Gloria a ti, Señor Jesús

 

 

El texto es la conclusión de la escena de la presentación de Jesús en el templo y consta de dos partes. El testimonio de la profetisa Ana (vv. 36-38) y el retorno de la familia de Jesús a Nazaret (vv. 39-40). 

Según la ley hebraica para garantizar la veracidad de un hecho se requería la declaración de dos testigos. Tras el anciano Simeón he aquí a la profetisa Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, viuda, rica en años, mujer de oración y de penitencia (vv. 36-37). Es otra persona pobre según Dios, genuina representante de aquellos que esperaban la salvación de Israel. Ana alaba al Señor por haber reconocido en Jesús-Niño, presentado en el templo, al esperado Mesías, y difunde la noticia sobre él a cuantos vivían abiertos al evento de la salvación (v. 38). 

Después el evangelista concluye la escena bíblica con la observación sobre el crecimiento de Jesús en Nazaret: «iba creciendo en saber, en estatura y el favor de Dios lo y

acompañaba» (v. 40). De la vida oculta de Jesús se dice bien poco, pero este poco es suficiente para captar el espíritu y apreciar el ambiente en que vivía el Salvador: sus padres eran obedientes y fieles a la ley y Jesús crecía en sabiduría, lleno como estaba de los dones de gracia con que el Padre lo colmaba (cf. v. 52; 1 Sm 2,26). Una comunidad que se abre al reino de Dios en el respeto a la voluntad del Padre.

 

MEDITATIO

 

La vocación cristiana es compromiso de vivir en el mundo al servicio del hombre, para dar testimonio de Cristo y llevar a los hermanos su mensaje de salvación, pero sin confundirse con el mundo, sin aceptar sus compromisos y sus modelos de comportamiento, negación del espíritu de humildad, de pobreza, de caridad que debe animar la vida del creyente. Sólo el corazón que se vacía del mundo, de sus propuestas de vida transitoria y del afán de poseer sus bienes efímeros, puede ser colmado por el amor del Padre (1 Jn 2,15). 

El discípulo de Jesús, confirma el Apóstol, no será nunca aceptado por el mundo, y el rechazo que las fuerzas del mal alimentan contra los creyentes es consecuencia lógica de una opción de vida: ellos no pertenecen al mundo y el mundo no puede aceptar a quien se opone a sus criterios. Los creyentes, con motivo de su opción de vida hecha a favor de Cristo, son considerados extraños o enemigos. Su existencia es una continua acusación de las obras perversas del mundo y un reproche elocuente al malvado. Por esto el hombre de fe es odiado y rechazado. El mundo rechaza a los discípulos porque no son de los suyos, y él no ama sino lo que es suyo, lo que no turba su paz, no desenmascara su altanería y no lo somete a acusación por su conformismo. Pero, si para quien sigue la lógica del amor, Cristo es signo de contradicción, es verdad, sin embargo, que tanta oposición llega a ser criterio de autenticidad y de firmeza para los discípulos de Cristo.

 

ORATIO

 

Señor Jesús, tú escogiste la opción de vivir con nosotros la experiencia humana en el seno de una familia sin apariencias, ni prestigio, ni riqueza; has querido que tu infancia como la de todo niño estuviese marcada por la debilidad y por el crecimiento normal antes de conocer nuestro mundo y la misma vida de los hombres; has querido experimentar la fatiga del trabajo cotidiano para tener un pan sobre tu mesa; has vivido tu prepara ción a la vida pública en el ocultamiento y la reflexión silenciosa para poder contrastar el orgullo del mundo que se opone al Padre. 

Queremos pedirte nos concedas la gracia de saber aceptar nuestras debilidades humanas y nuestra pobreza espiritual, sin renunciar, sin embargo, a la búsqueda permanente de tu sabiduría y de tu Palabra. No queremos confundirnos con la parte del mundo que te rechaza o te persigue, aunque sabemos que esto exigirá de nosotros no pactar con compromisos, incluso al precio del sufrimiento y la persecución. «La Iglesia no se debilita por las persecuciones, al contrario, sale de ellas reforzada», escribía san León Magno. «La Iglesia es el campo del Señor que se viste de mies abundante siempre rica porque los granos que caen uno a uno renacen multiplicados». Sabemos que la suerte de los discípulos, en el fondo, es idéntica a la tuya. Pero sabemos también que la ceguera y la falta de fe al proyecto del Padre son la verdadera causa de esta oposición del mundo. Señor, no nos dejes caer en la tibieza y en la superficialidad de la fe, sino haznos fuertes con tu Palabra.

 

CONTEMPLATIO

 

El amor es un bien grande, el más importante de los bienes. El noble amor que se tiene a Jesús impulsa a realizar grandes cosas y lleva a desear una perfección cada vez mayor. 

El que ama, vuela, corre, exulta, es libre y nada puede detenerlo: da siempre todo y en toda cosa reencuentra al Todo, porque reposa en el único Bien Supremo del que emana y nace todo bien. A menudo el amor no conoce medida, pero se inflama sobre toda medida; a menudo no siente el peso, no se preocupa de fatigas, querría hacer más de lo que puede, porque piensa que todo le es fácil. Por eso está dispuesto a todo (...). 

El amor vela; si está cansado, no pierde su afán. Como llama viva, como antorcha ardiente se lanza a lo alto y actúa seguro. Quien ama profundamente comprende bien este lenguaje. Señor, abre mi corazón al amor: que yo sea presa del Amor, alzado sobre mí mismo por exceso de fervor y de estupor. Que yo cante el himno del amor; que yo te siga, mi Amado, cada vez más alto, y mi alma se consuma en alabarte, exultando de santo amor (Imitación de Cristo, III, V, 3-6).

 

ACTIO

 

Repite a menudo y vive hoy la Palabra:

 

«El que cumple la voluntad de Dios permanece para siempre» (1 Jn 2,17).

 

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

 

Ser hijo de Dios no te hace libre de las tentaciones. Podrás tener momentos en que te sientas tan bendecido por Dios, tan en Dios, tan amado, como para olvidar que vives aún en un mundo de potencias y de principados. Pero tu inocencia de hijo de Dios tiene necesidad de ser protegida. De otro modo serás fácilmente catapultado fuera de tu verdadero yo y experimentarás la fuerza devastadora de las tinieblas que te rodean. 

Este salir de ti mismo puede sobrevenirte como una gran sorpresa. Antes que seas plenamente consciente podrás encontrarte derrotado por la concupiscencia, por la ira, por el resentimiento o por la avidez. Un cuadro, una persona, un gesto, pueden desencadenar estas emociones fuertes y destructivas y seducir tu yo inocente. Como hijo de Dios, debes ser prudente. No puedes andar sencillamente por el mundo como si nada o nadie pudiese hacerte daño. Continúas siendo extremadamente vulnerable: la mismas pasiones que te hacen amar a Dios pueden ser utilizadas por las potencias del mal. 

Los hijos de Dios necesitan apoyo, protección, ayudarse unos a otros cercanos al corazón de Dios. Tú pertenece a una minoría en un mundo grande y hostil. Haciéndote más consciente de tu verdadera identidad de hijo de Dios, distinguirás también más claramente las muchas fuerzas que tratan de convencerte de que todas las realidades espirituales son un falso sustituto de las cosas reales de la vida (…). 

No le fies de tus pensamientos ni de tus sentimientos cuando le encuentras fuera de ti mismo. Vuelve rápidamente a tu centro verdadero y no prestes atención a lo que le ha llevado a engaño, Gradualmente llegarás a estar mejor preparado para estas tentaciones у ellas tendrán cada vez menos poder sobre ti. Protege tu inocencia ateniéndote a la verdad; eres hijo de Dios y eres profundamente amado (H. J. M. Nouwen, la voz interior del amor, Madrid 1998).

 

 

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