Bajo la mirada de Dios


Cuando Tú experimentas la gracia de una mirada amorosa te das cuenta que Dios te está mirando con amor. Un amor que se ve reflejado en la mirada de aquella persona que te está viendo. Es necesaria una mirada que esté siempre posada en nosotros. No una mirada calcinante. No una mirada condenatoria. No una mirada que discrimina. No una mirada cargada de soberbia y de prepotencia. Sino la mirada amorosa del Padre. Esa mirada que los Evangelios nos relatan y que estremecen la mente y el corazón después de que Su mirada se ha cruzado con la mía. Una mirada de Amor. Cargada de una ternura eterna y desinteresada.
La mirada del Padre está siempre ahí, cruzándose con nuestra mirada para darnos la vida y convencernos de que somos hermosos ante los ojos de Dios e infinitamente amados. Déjate ver por Dios.

Fray Pablo Capuchino Misionero.
Fort Worth Texas.
2 de marzo de 2011

Comentarios

Entradas populares de este blog

NOVENA COMPLETA A SANTA CLARA DE ASÍS.

TRIDUO EN HONOR A SAN FRANCISCO: Primer día

Lectio Divina Sábado Tercero de Adviento B. Retoño de Jesé, que brotaste como señal para los pueblos, ven a libramos y no te tardes.