Invierte en la Gloria de Dios y la salvación de la humanidad
28 de junio
El tiempo dedicado a la gloria de Dios y a la salvación de las almas, no hay que lamentarlo nunca, nunca es un tiempo desperdiciado. No te preocupes, por tanto, por robarme el tiempo, porque el tiempo muy bien aprovechado, como acabo de decir, es el que se emplea procurando la salvación y la santificación de las almas de los demás. Y yo no sé cómo dar gracias a la piedad del Padre del cielo cuando me presenta almas, a las que yo puedo ayudar de algún modo.
¡Oh, sí!, ¡hubiera agradado al cielo que todo el tiempo de mi vida lo hubiese empleado en este santo ministerio, porque no me vería tan deforme a los ojos del Altísimo!
(31 de mayo de 1914, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 100)
Comentarios
Publicar un comentario