NUEVE DIAS ACOMPAÑADOS POR SANTA CLARA DE ASÍS

NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR SANTA CLARA DE ASÍS
POR LOS SENDEROS DE SANTA CLARA DE ASÍS – DAMA POBRE

PRIMER DÍA

LA LLAMADA DE DIOS EN EL SENO DE UNA FAMILIA 1- 9




Por la  señal de la Santa Cruz +
De nuestros enemigos +
Líbranos Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + Amén

Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Tú quien eres y porque te amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.

Lectura bíblica: Mateo 5,14 - 16
“Ustedes son la luz del mundo. No puede estar oculta una ciudad situada en la cima de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para taparla con una vasija de barro; sino que se pone sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille de tal modo su luz delante de los hombres que, al ver sus buenas obras, den gloria a su Padre que está en los cielos”.

REFLEXIÓN
En el seno de una noble y pudiente familia, en 1193, nace Clara, en el Pueblo de Asís. En el castillo de Sasso Rosso se habían unido dos familias ilustres de la ciudad: los Flume y los Sciffi. Familia que a la vez es profundamente religiosa. Reciben aquella hija primogénita como “una luz que viene a iluminar al mundo”, y por eso, al darle el santo bautismo en la misma pila, donde doce años antes lo recibiera Francisco de Asís, le ponen el nombre de Clara. Desde sus primeros años se le vio inclinada a la virtud. Su piadosa madre la educaba con todo esmero y la inculcaba el amor a la oración a las obras de caridad. Uno de los testigos declaró bajo juramente en el proceso de canonización que “conoció a Clara cuando era niña y que desde su primera edad comenzó a dedicarse a obras santas”.
En la primavera de 1211, movida por el Espíritu e iluminada por la predicación de Francisco, dejó todo para seguir a Jesús. El Domingo de Ramos, al amparo de la noche. Clara se fugó de la casa paterna y fue a Santa María de la Porciúncula, donde Francisco la recibió y la consagró al Señor. Poco después se estableció en el convento de San Damián, restaurado por Francisco.
Clara fue una mujer de su tiempo: su talante, formación humana, espiritual, su sensibilidad, así como su biografía lo confirman. Representa para su siglo uno de los más dignos, si no el más digno exponente de mujer valiente y coherente, creativa y no fácil de doblegar. El eje central de la espiritualidad de Clara es el seguimiento de Jesucristo pobre, humilde y crucificado, tanto que obtuvo del papa Gregorio IX el llamado Privilegio de la pobreza.
Clara fue la primera mujer que vio reconocida por el papa, a las puertas de su misma muerte, la Regla escrita por ella misma para su Orden de Hermanas Pobres, aprobada por Inocencio IV, en 1253. Radiante de luz, Clara muere el 11 de agosto de 1253, musitando esta oración: Gracias porque me creaste. Alejandro IV la canonizó el 15 de agosto de 1255. (cfr. Liturgia de la horas propio de la familia franciscana, 11 de agosto).
Así con la llamada que Dios le hace a resplandecer con la luz que el mismo Padre de Las misericordias había en ella, con esa misma luz, Clara se convertirá en una antorcha que iluminará al mundo entero, no solamente en su tiempo, sino hasta nuestros días. Evidentemente los valores evangélicos que Claro recibió a través de la educación religiosa y espiritualidad de su familia fueron los cimientos o las raíces en los cuales Dios mismo levantaría su edificio cual árbol frondoso que daría sombra y cobijo  acogiendo y sosteniendo a los miembros vacilantes de la Iglesia.

Oración para todos los días:
Oh gloriosa Santa Clara, santa Virgen de Asís, míranos a tus plantas en este día que recurrimos a Ti. Venimos a solicitar tu intercesión por la conversión de los pecadores, y para que todos los cristianos seamos hoy luz del mundo para los que viven en tinieblas y en sombras de muerte. Tú fuiste ilustre y clara de nombre y de vida. Así queremos también nosotros seguir tus pasos. Para que en nosotros no haya oscuridad, ni tinieblas, sino sólo paz, justicia, salud y gozo en el Señor.
Intercede por nosotros ante nuestro Señor Jesucristo que es la Luz del mundo. Que por Jesucristo, con Jesucristo y en Jesucristo resplandezca nuestra alma con la claridad de la gracia para que pueda brillar nuestra vida con la luz que recibimos el día de nuestro bautismo e iluminemos así a nuestros hermanos, anhelando la claridad de la visón divina. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor, Amen

Para revisar nuestra vida:

¿Qué es para mí un hogar hoy?
¿Es una iglesia doméstica en la que se aprende a amar a Dios y al prójimo?
¿Cómo se viven en mi hogar/comunidad religiosa, parroquial, social los valores del Evangelio?
¿El ambiente cotidiano en el que me desenvuelvo es propicio para cultivar una vocación cristiana?
¿Soy capaz de ser Luz del mundo para todos cuantos me rodean?

Aclamaciones

Alabado seas, mi Señor, por nuestra Hermana Clara, virgen prudente, que se abrazó por tu amor a la pobreza santa.

- Padrenuestro, que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra cómo en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y libranos del mal.
- Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es Contigo, bendita eres entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre Jesús.
- Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
- Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.

- Aquí se hace la petición: Se pide la gracia que se desea, o por la necesidad que se tenga.
Santa Clara de Asís:
Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.

-Alabado seas, mi Señor, por la vida penitente y luminosa de nuestra hermana Clara. A ti, el honor, la gloria y la alabanza.

- Padrenuestro, que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra cómo en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y libranos del mal.
- Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es Contigo, bendita eres entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre Jesús.
- Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
- Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.

- Aquí se hace la petición: Se pide la gracia que se desea, o por la necesidad que se tenga.
Santa Clara de Asís:
Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.

-Loados seas, mi Señor, por su vida alegre y entregada y porque suscitaste por doquier miles a su semejanza,

- Padrenuestro, que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra cómo en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y libranos del mal.
- Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es Contigo, bendita eres entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre Jesús.
- Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
- Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.

- Aquí se hace la petición: Se pide la gracia que se desea, o por la necesidad que se tenga.
Santa Clara de Asís:
Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.

Oración final
Padre de las misericordias, que infundiste en santa Clara un profundo amor a la pobreza evangélica, concédenos, por su intercesión, que, siguiendo a Cristo pobre, merezcamos llegar a contemplarte en tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina Contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

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