No le temas a las tentaciones
3
de septiembre
Jesús quiere agitarte, sacudirte, moverte y cribarte
como al trigo, para que tu espíritu alcance la limpieza y pureza que él desea.
¿Acaso se podría guardar el trigo en el granero si no está limpio de toda clase
de cizaña o de paja? ¿Puede acaso el lino conservarse en el cajón del dueño si
antes no se ha vuelto cándido? Y así debe ser también en el alma elegida.
Comprendo que parezca que las tentaciones más bien
manchan que purifican el espíritu; pero, de ningún modo es así. Escuchemos cuál
es el lenguaje de los santos en relación a esto; y a ti te baste saber lo que
dice el gran san Francisco de Sales, que las tentaciones son como el jabón que,
desparramado sobre la ropa, parece ensuciarla, pero en verdad la limpia.
(11 de abril de 1914, a Raffaelina Cerase –
Ep. II, p. 68)
En nuestra vida diaria nos vamos
encontrando constantemente con una diversidad de tentaciones, unas grandes, otras
pequeñas, unas transitorias, otras insistentes. Y, sin embargo, podemos
constatar al mismo tiempo que son muy pocas, y la mayoría de las veces que no
caemos en ninguna, por gracia de Dios. Esto te ha de hacer caer en la cuenta
que cuánto más grandes y fuertes sean las tentaciones en tu vida, y cuánto más
tengas la destreza de vencerlas, sin caer en ellas, fíjate bien, no de no tenerlas,
no de no experimentarlas, sino de no ser presa de sus redes, cuánto más
virtuosa va siendo tu alma. Vas teniendo la fortaleza y la gracia de irlas
enfrentando día a día, con las armas de Dios. Así pues, no le temas a las tentaciones,
témele al tentador que quiere hacerte caer, pero sé más consciente de la gracia
de Dios en tu vida, que de la tentación, porque la gracia te va dando la
fortaleza y la destreza para que puedas continuar tu vida por el camino de la
paz. ¿Qué sería de nosotros si Dios nos dejara solos? Sucumbiríamos a la
primera. Seríamos presa segura de las tentaciones, pero al estar Dios con-nosotros,
nada debemos temer. Esta es la forma de cómo Dios se vale para irte
purificando, para irte embelleciendo y haciéndote más como Él. Dios te va
preparando y te va capacitando cada vez más para que puedas ser testigo de su
amor, de su fidelidad y de su misericordia por medio de la purificación que vas
experimentando gracias a las tentaciones que vas venciendo constantemente. Confía
en Él y Él actuará.
Pue. 3
de septiembre de 2019
Paz y
Bien
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