Dìas 4, 5, 6, 7, 8, y 9 de la novena hen honor de San Pìo de Pietrelcina

Cuarto día:
Texto a reflexionar (Hch 12,6-19)

12:6 La noche anterior al día en que Herodes pensaba hacerlo comparecer, Pedro dormía entre dos soldados, atado con dos cadenas, y los otros centinelas vigilaban la puerta de la prisión. 12:7 De pronto, apareció el Ángel del Señor y una luz resplandeció en el calabozo. El Ángel sacudió a Pedro y lo hizo levantar, diciéndole: "¡Levántate rápido!" Entonces las cadenas se le cayeron de las manos. 12:8 El Ángel le dijo: "Tienes que ponerte el cinturón y las sandalias", y Pedro lo hizo. Después le dijo: "Cúbrete con el manto y sígueme". 12:9 Pedro salió y lo seguía; no se daba cuenta de que era cierto lo que estaba sucediendo por intervención del Ángel, sino que creía tener una visión. 12:10 Pasaron así el primero y el segundo puesto de guardia, y llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad. La puerta se abrió sola delante de ellos. Salieron y anduvieron hasta el extremo de una calle, y en seguida el Ángel se alejó de él.12:11 Pedro, volviendo en sí, dijo: "Ahora sé que realmente el Señor envió a su Ángel y me libró de las manos de Herodes y de todo cuanto esperaba el pueblo judío". 12:12 Y al advertir lo que le había sucedido, se dirigió a la casa de María, la madre de Juan, llamado Marcos, donde un grupo numeroso se hallaba reunido en oración. 12:13 Cuando golpeó a la puerta de calle, acudió una sirvienta llamada Rosa; 12:14 esta, al reconocer su voz, se alegró tanto, que en lugar de abrir, entró corriendo a anunciar que Pedro estaba en la puerta. 12:15 "Estás loca", le respondieron. Pero ella insistía que era verdad. Ellos le dijeron: "Será su ángel".12:16 Mientras tanto, Pedro seguía llamando. Cuando abrieron y vieron que era él, no salían de su asombro. 12:17 Pedro les hizo señas con la mano para que se callaran, y les relató cómo el Señor lo había sacado de la cárcel, añadiendo: "Hagan saber esto a Santiago y a los hermanos". Y saliendo de allí, se fue a otro lugar.12:18 Cuando amaneció, se produjo un gran alboroto entre los soldados, porque no podían explicarse qué había pasado con Pedro.12:19 Herodes lo hizo buscar, pero como no lo encontraron, después de haber interrogado a los guardias, dio orden de ejecutarlos. Luego descendió de Judea a Cesarea, y permaneció allí.

Querido y Amado Padre  Pío de Pietrelcina; Tú que tanto amaste y nos enseñaste a amar y a confiar en nuestro  Santo Ángel Custodio; Él que te sirvió de compañía, de guía, de defensor y de mensajero; enséñanos a confiar plenamente en Dios y ayúdanos a tener siempre en nuestra mente y en nuestro corazón la presencia siempre actual de este protector nuestro, para que podamos abandonarnos plenamente a tus inspiraciones y a su divina protección. Tú Padre Pío eres ejemplo de esta relación personal y confianza filial con el Ángel custodio. Tú fuiste siempre escuchado, asistido y ayudado por Él. El Ángel Custodio llevó los ruegos de tus hijos espirituales a Dios, también te asistió en los momentos de dificultad y se dignó servirte de mensajero, ayúdanos a crecer en la fe e intercede ante  Dios para que también nosotros aprendamos a relacionarnos con él de manera personal, que podamos hablar con nuestro Ángel de la Guarda, para que en todo momento sepamos ser fieles a sus inspiraciones y obedecerle, pues es la luz viva de Dios que nos evita la desgracia de caer en pecado. Nuestro Ángel siempre está listo a señalarnos el camino del bien y a disuadirnos de hacer el mal.

Se hace la petición

Se rezan
tres Padre Nuestro
tres Ave María
tres gloria al Padre y al Hijo…

Oración:
Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino le has otorgado el insigne privilegio de participar de modo admirable de la Pasión de tu Hijo, concédenos por su intercesión que constantemente muramos a nosotros mismos para alcanzar la gloria de la resurrección, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Quinto Día
Texto a reflexionar: (Juan 10,11-15)
10:11 Yo soy el buen Pastor.
El buen Pastor da su vida por las ovejas.
10:12 El asalariado, en cambio, que no es el pastor
y al que no pertenecen las ovejas,
cuando ve venir al lobo
las abandona y huye,
y el lobo las arrebata y las dispersa.
10:13 Como es asalariado,
no se preocupa por las ovejas.
10:14 Yo soy el buen Pastor:
conozco a mis ovejas,
y mis ovejas me conocen a mí
10:15 —como el Padre me conoce a mí
y yo conozco al Padre—
y doy mi vida por las ovejas.
10:16 Tengo, además, otras ovejas
que no son de este corral
y a las que debo también conducir:
ellas oirán mi voz,
y así habrá un solo Rebaño
y un solo Pastor.
10:17 El Padre me ama
porque yo doy mi vida
para recobrarla.
10:18 Nadie me la quita,
sino que la doy por mí mismo.
Tengo el poder de darla
y de recobrarla:
este es el mandato que recibí de mi Padre".
Querido y Amado Padre  Pío de Pietrelcina. Tú que tanto amaste e intercediste y te ofreciste como víctima por la salvación de las almas, también por las que estaban en el purgatorio, haciéndonos caer en la cuenta de que Tú les esperarías a la entrada del Paraíso para introducirles en el Reino Celestial, y, nos enseñaste a orar con confianza y sin desfallecer y a amar a las Almas del Purgatorio; Ruega a Dios Nuestro Señor, para que ponga en nuestros corazones sentimientos de expiación, de compasión y amor por estas almas. Haz que también nosotros podamos ayudar a las Almas del Purgatorio y reduzcamos su tiempo de dolor, de angustia de  destierro y de gran aflicción para que pronto puedan estar con nuestro Padre Dios, por los méritos de la Vida, Pasión, Crucifixión, muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Que ganemos para Ellas, con sacrificios, oración y plena confianza el descanso eterno de sus almas.
Se hace la petición

Se rezan
tres Padre Nuestro
tres Ave María
tres gloria al Padre y al Hijo…

Oración:
Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino le has otorgado el insigne privilegio de participar de modo admirable de la Pasión de tu Hijo, concédenos por su intercesión que constantemente muramos a nosotros mismos para alcanzar la gloria de la resurrección, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.



Sexto Día:

Texto a reflexionar:

6 Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
7 al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
8
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.
9 Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
10de modo que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo,
11 y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.


Querido y Amado Padre Pío de Pietrelcina. Tú, que a ejemplo de Jesucristo fuiste obediente hasta la muerte, viviendo en este mundo como un crucificado sin cruz y te has caracterizado por el amor a Dios y a los hermanos, identificándote con los que más sufren en este mundo, viendo en los enfermos a Cristo y enseñándonos que en el enfermo pobre está dos veces Cristo, por eso te has ofrecido también como víctima por ellos, amándolos y sirviéndolos hasta el extremo para aliviar sus sufrimientos; amándoles sin reservas, incluso más que a ti  mismo porque en ellos vistes a Jesucristo sufriente. Tú, que en el nombre de Dios has realizado milagros de sanación en el cuerpo, en el alma, y en la mente, en el presente, en el pasado y en el futuro de las personas que estaban cerca y lejos de Ti, devolviendo esperanza de vida y renovación del espíritu, y en la integridad total de las personas les has devuelto su dignidad de hijos de Dios. Ruega a Dios para que todos los enfermos de cuerpo y de espíritu, por intercesión de María Santísima, puedan experimentar tu paternal  ayuda y a través de la sanación de su cuerpo y de su alma puedan  encontrar y alcanzar los beneficios corporales y espirituales que tanto anhelan  y liberados de sus angustias y dolores puedan agradecer para siempre a Dios del don magnífico de la vida, respetando y cuidando siempre su cuerpo como Templo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Se hace la petición

Se rezan
tres Padre Nuestro
tres Ave María
tres gloria al Padre y al Hijo…

Oración:
Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino le has otorgado el insigne privilegio de participar de modo admirable de la Pasión de tu Hijo, concédenos por su intercesión que constantemente muramos a nosotros mismos para alcanzar la gloria de la resurrección, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.



Séptimo Día:

Texto a reflexionar: (Is 53,1-12)

53:1 ¿Quién creyó lo que nosotros hemos oído
y a quién se le reveló el brazo del Señor?
53:2 Él creció como un retoño en su presencia,
como una raíz que brota de una tierra árida,
sin forma ni hermosura que atrajera nuestras miradas,
sin un aspecto que pudiera agradarnos.
53:3 Despreciado, desechado por los hombres,
abrumado de dolores y habituado al sufrimiento,
como alguien ante quien se aparta el rostro,
tan despreciado, que lo tuvimos por nada.
53:4 Pero él soportaba nuestros sufrimientos
y cargaba con nuestras dolencias,
y nosotros lo considerábamos golpeado,
herido por Dios y humillado.
53:5 Él fue traspasado por nuestras rebeldías
y triturado por nuestras iniquidades.
El castigo que nos da la paz recayó sobre él
y por sus heridas fuimos sanados.
53:6 Todos andábamos errantes como ovejas,
siguiendo cada uno su propio camino,
y el Señor hizo recaer sobre él
las iniquidades de todos nosotros.
53:7 Al ser maltratado, se humillaba
y ni siquiera abría su boca:
como un cordero llevado al matadero,
como una oveja muda ante el que la esquila,
él no abría su boca.
53:8 Fue detenido y juzgado injustamente,
y, ¿quién se preocupó de su suerte?
Porque fue arrancado de la tierra de los vivientes
y golpeado por las rebeldías de mi pueblo.
53:9 Se le dio un sepulcro con los malhechores
y una tumba con los impíos,
aunque no había cometido violencia
ni había engaño en su boca.
53:10 El Señor quiso aplastarlo con el sufrimiento.
Si ofrece su vida en sacrificio de reparación,
verá su descendencia, prolongará sus días,
y la voluntad del Señor se cumplirá por medio de él.
53:11 A causa de tantas fatigas, él verá la luz
y, al saberlo, quedará saciado.
Mi Servidor justo justificará a muchos
y cargará sobre sí las faltas de ellos.
53:12 Por eso le daré una parte entre los grandes,
y él repartirá el botín junto con los poderosos.
Porque expuso su vida a la muerte
y fue contado entre los culpables, 
siendo así que llevaba el pecado de muchos
e intercedía en favor de los culpables.


Querido y Amado  Padre Pío de Pietrelcina. Tú que te has ofrecido como víctima por la salvación de las almas y has realizado el proyecto de salvación que Dios tiene para toda la humanidad a precio de la preciosísima Sangre de Jesucristo y has ofrecido tus sufrimientos sin reservas y sin descanso durante toda tu vida para arrancar a los pecadores de las riendas de Satanás. Ruega a Dios para que la humanidad entera, que no cree, pueda reavivar en ella el don magnífico de la fe, que esta generación que se ha caracterizado por el racionalismo estéril y que ha puesto el nihilismo como su dios, experimente una primavera de conversión a Dios, que  tenga una gran,profunda y verdadera fe y se conviertan al amor eterno de Dios que ha dado su vida por todos; que puedan arrepentirse en lo profundo de su corazón y ame a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismos; que las personas con poca fe mejoren su vida cristiana; y que los hombres justos continúen sobre el camino de la salvación, dando ejemplo de entrega generosa, de constante conversión y frutos de verdadera santidad.

Se hace la petición

Se rezan
tres Padre Nuestro
tres Ave María
tres gloria al Padre y al Hijo…

Oración:
Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino le has otorgado el insigne privilegio de participar de modo admirable de la Pasión de tu Hijo, concédenos por su intercesión que constantemente muramos a nosotros mismos para alcanzar la gloria de la resurrección, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.




Octavo Día:
Texto a reflexionar:

Dios nos corrige como a hijos12:4 No han resistido todavía hasta llegar a la sangre en su lucha contra el pecado. 12:5 Han echado en olvido la exhortación que como a hijos se les dirige: Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor; ni te desanimes al ser reprendido por él. 12:6 Pues a quien ama el Señor, le corrige; y azota a todos los hijos que acoge. 12:7 Sufran para corrección de ustedes. Como a hijos los trata Dios, y, ¿qué hijo hay a quien su padre no corrige?12:8 Mas si quedan sin corrección, cosa que todos reciben, señal de que son bastardos y no hijos. 12:9 Además, teníamos a nuestros padres según la carne, que nos corregían, y les respetábamos. ¿No nos someteremos mejor al Padre de los espíritus para vivir? 12:10 ¡Eso que ellos nos corregían según sus luces y para poco tiempo!; mas él, para provecho nuestro, en orden a hacernos partícipes de su santidad.12:11 Cierto que ninguna corrección es de momento agradable, sino penosa; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella. 12:12 Por tanto, levanten las manos caídas y las rodillas entumecidas 12:13 y enderecen para sus pies los caminos tortuosos, para que el cojo no se descoyunte, sino que más bien se cure.


Querido y Amado Padre  Pío de Pietrelcina, Tú que has querido mucho a tus hijos espirituales y te llamamos “Padre Pío” no sólo por ser sacerdote, sino porque verdaderamente eres nuestro Padre porque nos educas y nos corriges verdaderamente con exigencia y amor,  y todos  tus hijos han sido comprados por ti con el precio de tu sangre a ejemplo siempre de Jesucristo. Concédenos también a los que no te hemos conocido personalmente, pero que te amamos, que confiamos en Ti y queremos vivir con radicalidad el Evangelio tal y como nuestro querido Señor y Amado Maestro Jesucristo nos lo pide y tú nos has enseñado, el ser considerados como tus hijos espirituales. Con tu paternal protección, con tu santa guía y con la fortaleza que conseguirás para nosotros de Dios, podremos, en el momento de la muerte, encontrarnos Contigo en las puertas del Paraíso, en espera de nuestra llegada para que Tú nos introduzcas en el Reino del Padre Celestial y podamos encontrarnos con todos los santos y bienaventurados que gozan ya de la presencia de Dios.

Se hace la petición

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tres Padre Nuestro
tres Ave María
tres gloria al Padre y al Hijo…

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Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino le has otorgado el insigne privilegio de participar de modo admirable de la Pasión de tu Hijo, concédenos por su intercesión que constantemente muramos a nosotros mismos para alcanzar la gloria de la resurrección, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Noveno día:
Texto a Reflexionar: (Ef 4,1-6)
Llamado a la unidad
4:1 Yo, que estoy preso por el Señor, los exhorto a comportarse de una manera digna de la vocación que han recibido.4:2 Con mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sopórtense mutuamente por amor.
4:3 Traten de conservar la unidad del Espíritu, mediante el vínculo de la paz.4:4 Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida. 4:5 Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.4:6 Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos.

Querido y Amado Padre  Pío de Pietrelcina, Tú que  verdaderamente has amado a la Santa Madre Iglesia, que has sido siempre fiel y obediente a sus mandatos y la has defendido siempre contra todo y contra todos los que la atacaban, haciéndonos saber y entender que “no se puede odiar a la Madre y odiar al hijo”. Ruega a Dios nuestro Señor, al Señor y dueño de la Mies para que mande obreros a Sus campos, y les conceda la gracia de la fidelidad, de la pureza y de la generosidad, para que puedan ofrecerse también como víctima por la salvación de las almas, principalmente por las que Tú Buen Pastor les encomiendes, que sepan llevarlas por el redil que conduce a la Patria Celestial. Llena con la Gracia de Dios y de Jesucristo “único y eterno Sacerdote” el mundo de sacerdotes santos;  que todos obtengan la fuerza y la inspiración de Dios, para que den a conocer el Amor sin medida que nos tienes. Además te rogamos intercedas ante la Santísima Siempre Virgen María, la Madre del Amor, para que  todos los hombres y mujeres de este mundo caminen siempre hacia la unidad de los cristianos, reuniéndolos en la gran casa de Dios; siendo un solo rebaño bajo le guía de un único Pastor, para que la Iglesia sea el faro de luz que ilumine al mundo entero y se convierta en singo de salvación en el mar de tempestad llevando a feliz puerto a la humanidad entera.
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tres Padre Nuestro
tres Ave María
tres gloria al Padre y al Hijo…

Oración:
Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino le has otorgado el insigne privilegio de participar de modo admirable de la Pasión de tu Hijo, concédenos por su intercesión que constantemente muramos a nosotros mismos para alcanzar la gloria de la resurrección, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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