¡Considera tu dignidad Hermano Sacerdote!
“De la Carta de San Francisco de Asís a toda la Orden, a los Custodios”. También ruego en el Señor a todos mis hermanos sacerdotes que son y serán o desean ser sacerdotes del Altísimo, que cuando quieran celebrar la misa, ofrezcan, puros y puramente, con reverencia, el verdadero sacrificio del santísimo cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo, con santa y limpia intención, no por cosa alguna terrena ni por temor o amor humano, como para complacer a los hombres. Mas bien se oriente a Dios toda voluntad, deseando complacer sólo al mismo sumo Señor, en la medida de la gracia, porque sólo en ella se obra como a él le agrada; pues, como él dice: Haced esto en memoria mía; y si uno obra de otro modo, se convierte en un Judas traidor y se hace reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Recordad, hermanos míos sacerdotes, lo que está escrito en la ley de Moisés, que quien la incumplía, incluso en lo material, moría sin misericordia, por sentencia del Señor. ¡Cuánto mayore