Sed siempre sinceros con el que tiene que curar vuestras enfermedades espirituales.
20 de agosto Os exhorto, mis queridísimos hijos, a cuidar con todo empeño vuestros corazones. Procurad mantener la paz, controlando vuestro temperamento. Yo no digo, escuchad bien, mantener la paz, sino que os digo que procuréis mantenerla: que éste sea vuestro deseo importante; y guardaos bien de que sea motivo de inquietud el no poder controlar la variedad de los sentimientos y de vuestro temperamento. Aprended bien qué significa el claustro, para que no os llevéis a engaño. Es la academia de la necesaria corrección, en la que el alma debe aprender a dejarse trabajar, cepillar y pulir, para que, estando bien pulida y enderezada, pueda unirse y acoplarse a la voluntad de Dios. La contraseña evidente de la perfección es querer ser corregidos, porque éste es el fruto principal de la humildad, que nos lleva a reconocer que necesitamos la corrección. El claustro es un hospital de enfermos espirituales, que quieren ser curados; y, para conseguirlo, se someten a la sangría, al b