Confía sólo en Dios!


18 de julio

La duda que me asalta siempre, y que me persigue a todas partes, es la de no saber si lo que hago agrada o no a Dios. Es verdad que sobre este punto usted me ha hablado muchas veces; pero ¿qué he de hacer si, puesto en esta dura prueba, olvido todo, e incluso, si recuerdo, no recuerdo nada con precisión y todo es confusión?

¡Ay de mí!, por caridad, tenga la bondad una vez más de ponérmelo por escrito. Dios, además, se va agigantando cada vez más en mi mente, y lo veo siempre en el cielo de mi alma, que se va cubriendo de densas nieblas. Lo siento cerca y lo veo también muy lejos. Y al aumentar estos anhelos, Dios se me hace más íntimo y lo experimento; pero estos deseos también me hacen verlo cada vez más lejano. ¡Dios mío! ¡Qué cosa tan extraña!

 (16 de julio de 1917, al P. Benedicto de San Marco in Lamis – Ep. I, p. 909)

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

NOVENA COMPLETA A SANTA CLARA DE ASÍS.

TRIDUO EN HONOR A SAN FRANCISCO: Primer día

Lectio Divina Sábado Tercero de Adviento B. Retoño de Jesé, que brotaste como señal para los pueblos, ven a libramos y no te tardes.