Sé paciente al soportar tus imperfecciones
30
de enero
Hijito mío, ¿por qué estás angustiado en tu espíritu?
¿Por qué te ves lleno de miserias y debilidades? Pues bien, he ahí otro motivo
para conseguir un beneficio para tu alma. He ahí otra fuente de mérito para ti.
Humíllate delante del buen Dios; pídele continuamente la gracia de salir de
este estado de enfermedad y de debilidades; deséalo ardientemente; y no dejes
de hacer lo que sabes que puedes hacer para poder curarte.
Mientras tanto, si quieres ser perfecto, sé paciente
al soportar tus imperfecciones. Éste es un punto importante para el alma que ha
profesado buscar la perfección. «En
vuestra paciencia - dice el divino Maestro - poseeréis vuestra alma». En
consecuencia, sé paciente al soportarte a ti mismo y tus propias enfermedades;
y, mientras tanto, ingéniate para poner en práctica los medios que tú conoces,
y que has aprendido de mí y de los demás. Tus miserias y debilidades no te
deben espantar, porque Jesús las ha visto en ti bastante peores, y no por eso
te rechazó. Y mucho menos te rechazará ahora que tú intentas por todos los
medios poder curarte. La divina misericordia nunca ha rechazado a esta clase de
miserables; al contrario, les concede su gracia, poniendo el trono de su gloria
sobre su ambición y vileza.
(30 de enero de 1919,
a Fray Marcelino Diconsole – Ep. IV, p. 396)
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