¡Adorar!
7 de mayo
¡Qué bueno es el Señor con todos; pero se muestra mucho más bondadoso con el que tiene verdaderos y sinceros sentimientos de agradarle en todo y de esperar que se cumplan en él los divinos deseos!
Aprende, de modo muy especial tú, a descubrir y a adorar la divina voluntad en todos los acontecimientos humanos. Repite con frecuencia las divinas palabras de nuestro queridísimo Maestro: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». Sí, que esta bella exclamación esté siempre en tu corazón y en tus labios en todos los momentos de tu vida. Repítela en las aflicciones; repítela en las tentaciones y en las pruebas a las que Jesús quiera someterte; repítela también cuando te sientas sumergida en el océano del amor de Jesús. Ella será tu ancla y tu salvación. No temas al enemigo; él no intentará nada contra la navecita de tu espíritu, porque el timonel es Jesús y la estrella es María.
(6 de febrero de 1915, a Anita Rodote – Ep. III, p. 54)
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