¡Aprende!


4 de mayo

Sí, mantente en vida unida siempre a Jesucristo que agoniza y sufre en el huerto de los olivos, y, participando de este modo de la unción de su gracia y del alivio de su fuerza, te encontrarás en ese mismo huerto de los olivos el día de tu muerte, para participar del gozo de su ascensión y de la gloria. […].

Aprende, pues, a sufrir todo cristianamente y no temas, porque ningún sufrimiento, por muy bajo que sea el motivo del mismo, resultará sin mérito para la vida eterna. Confía y espera en los méritos de Jesús, y de este modo la humilde arcilla se transformará en oro finísimo, que resplandecerá en el reinado del monarca celestial.
(4 de agosto de 1915, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 470)

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