Dios sea siempre el protector de tu torre
11
de octubre
A vosotras, mis queridísimas hijas, os digo: vuestra
buena voluntad es vuestra viña; la cisterna son las santas inspiraciones de
perfección que Dios hace llover desde el cielo; la torre es la santa castidad,
que, como se dice de la torre de David, debe ser de marfil; la prensa es la
obediencia, que aporta muchos méritos a las acciones que ella exprime; la cerca
son vuestros compromisos y vuestras aspiraciones.
Dios, pues, hijas, conserve esta viña que él ha plantado
con su propia mano. Dios haga que sean cada vez más abundantes las aguas
saludables de su gracia en su cisterna. Dios sea siempre el protector de su
torre. Dios sea siempre el que hace dar vueltas a la prensa para exprimir el
buen vino, y el que tiene cerrada y vigilada esta bella cerca con la que él ha
rodeado esta viña. Él haga que en ella los ángeles sean los viñadores
inmortales.
1 de mayo de 1918, a
las hermanas Ventrella – Ep. III, p. 585)
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