Mantente firme en tus decisiones
5 de octubre
Mantente
firme en tus decisiones; permanece en la barca en la que te ha puesto nuestro
Señor, que, aunque llegue la tempestad, no perecerás. Te parece que Jesús
duerme, y es posible que sea así; pero ¿no sabes que, si él duerme, su corazón
cuida oportunamente de ti? Déjale incluso que duerma; pues en el momento
oportuno despertará para ofrecerte la calma. El queridísimo san Pedro, dice la
Escritura, se asustó y temblando exclamó: «Señor,
sálvame». Y nuestro Señor, tomándolo de la mano, le dijo: «Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?».
Mira, hija, a este santo apóstol: él camina a pie enjuto sobre las aguas; las
olas y los vientos no sabrían sumergirlo; pero el miedo al viento y a las olas
lo desanima, lo abate. El miedo es un mal peor que el mismo mal. Hijita de poca
fe, ¿qué puedes temer tú? ¿No cuida él de ti? Tú caminas sobre el mar,
encuentras vientos y olas, pero ¿el estar con Jesús no te es suficiente? ¿A qué
puedes tener miedo? Pero si el miedo te sorprende, grita con fuerza: «Señor, sálvame». Él te alargará la mano;
apriétala con fuerza y camina con alegría sobre el mar de las tempestades de la
vida.
(27 de diciembre de 1917, a una destinataria
desconocida – Ep. III, p. 927)
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