Eleva tu espíritu a una cima más alta
10 de octubre
¿Por qué no sabéis amoldaros perfectamente a la voluntad
divina? ¿Por qué pensáis que casi estáis sin pastor, sólo porque él está lejos
en el cuerpo pero muy cerca en espíritu? ¡Ah!, mis queridísimas hijas, es ya
tiempo de salir de esta infancia espiritual y de elevar el espíritu a una cima
más alta y respirar allí aire más puro.
En cuanto a mí, yo me encuentro aquí, donde no veo
todavía más que un ligero movimiento del alma hacia la sólida y verdadera
devoción y piedad cristiana, de modo que, si no estuviera aplastado por esta
bendita espina que ni mis esfuerzos ni la voz y las aseveraciones de mi guía
han logrado removerla, me encontraría en una paz envidiable. Pero me resigno de
buena gana, sabiendo que no sufro inútilmente.
Bendigo de corazón a Dios, que me ha permitido conocer
almas verdaderamente buenas; y también a ellas les he anunciado que sus almas
son la viña del Señor: la cisterna es la fe, la torre es la esperanza, la
prensa es la santa caridad, la cerca es la ley de Dios que las separa de los
hijos del mundo.
(1 de mayo de 1918, a las
hermanas Ventrella – Ep. III, p. 585)
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