9 NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR SANTA CLARA DE ASÍS
NOVEN DÍA
CLARA: MADRE, SANTA Y PATRONA 9 - 9
Por la señal de la Santa Cruz +
De nuestros
enemigos +
Líbranos Señor,
Dios nuestro +
En el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + Amén
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre
verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Tú quien eres y porque te amo
sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi
corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca
más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la
penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida,
obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así
confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia
para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y
fin de mi vida amén.
Lectura bíblica: MATEO 5,48
“Ustedes
sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto.”.
REFLEXIÓN
CARTA A ERMENTRUDIS [CtaCla5]
1A Ermentrudis, hermana carísima,
Clara de Asís, humilde sierva de Jesucristo, le desea salud y paz.
2He sabido que tú, oh hermana
carísima, con la ayuda de la gracia de Dios, has huido felizmente del cieno del
mundo; 3por lo cual me alegro y me congratulo contigo, y de nuevo me
alegro, porque tú, con tus hijas, caminas valerosamente por las sendas de la
virtud.
4Carísima, sé fiel hasta la muerte a
Aquel a quien te has prometido, pues serás coronada por él con la corona de la
vida (cf. Sant 1,12). 5Breve es aquí nuestro trabajo, la recompensa,
en cambio, eterna; que no te confunda el estrépito del mundo que huye como una
sombra (cf. Job 14,2); 6que no te hagan perder el juicio los vanos
fantasmas de este siglo falaz; cierra los oídos a los silbidos del infierno y,
fuerte, quebranta sus embestidas; 7soporta de buen grado los males
adversos, y que los bienes prósperos no te ensoberbezcan: pues estos piden fe,
y aquellos la exigen; 8cumple con fidelidad lo que has prometido a
Dios, y Él te retribuirá.
9Oh carísima, mira al cielo que nos
invita, y toma la cruz y sigue a Cristo (cf. Lc 9,23), que nos precede; 10porque,
tras diversas y numerosas tribulaciones, por él entraremos en su gloria (cf.
Hch 14,21; Lc 24,26). 11Ama con todas tus entrañas a Dios y a Jesús,
su Hijo, crucificado por nosotros pecadores, y que su memoria no se aparte
nunca de tu mente; 12procura meditar continuamente los misterios de
la cruz y los dolores de la madre que está de pie junto a la cruz (cf. Jn
19,25). 13Ora y vela siempre (cf. Mt 26,41). 14Y la obra
que has comenzado bien, llévala a cabo con empeño, y cumple el ministerio que
has asumido en santa pobreza y en humildad sincera (cf. 2 Tim 4,5.7).
15No temas, hija, Dios, que es fiel en
todas sus palabras, y santo en todas sus obras (cf. Sal 144,13), derramará su
bendición sobre ti y sobre tus hijas; 16y Él será vuestro auxilio y
vuestro mayor consuelo; Él es nuestro redentor y la recompensa eterna.
17Oremos a Dios la una por la otra
(cf. Sant 5,16), pues así, llevando cada una la carga de la caridad de la otra,
cumpliremos con facilidad la ley de Cristo (cf. Gál 6,2). Amén.
Las
palabras de Clara no se agotan. -No las agotará nadie, porque se incluyen en la
teología de la imagen y en la eclesiología de comunión y en la mística
cristiana. Ella sugiere, guía, lanza hacia la experiencia de Dios. ¡Sólo quien
ve y toca puede dar testimonio!
Su
icono-espejo es el crucifijo de San Damián, su oración y su vida, un proceso de
enamoramiento bajo la acción transformante del Señor que es Espíritu. Su
caridad el camino que el Hijo de Dios le ha mostrado para con sus hermanas.
Santa
clara de Asís es una de las representantes más singular y cualificada de la
Vida contemplativa. Santa Teresa de Jesús nos dice que se le apareció santa
Clara con mucha hermosura y que la tomó “gran devoción”. De aquí nació la
Reforma del Carmelo. Tomás de Celano nos la describe así: “Noble por su
nacimiento, más noble todavía por los dones de la gracia, virgen de pureza
angelical… fervorosa en el servicio de Dios desde joven, dotada de rara
prudencia, de humildad sin límites…; era Clara una de esas almas grandes a la que
no puede loarse dignamente en los idiomas de esta tierra…” El Papa Alejandro IV
nos dejó esta descripción: “Era el ornato del valle de Espoleto, la princesa de
los pobres, la duquesa de los humildes, más gustosa de obedecer que de mandar,
discreta y prudente, amable y dulce. Sus pies rozaban el suelo, pero su corazón
estaba en el cielo y su frente resplandecía con todas las bellezas
sobrenaturales que forman la diadema de los elegidos…” Muere en el año 1253.
Dos años más tarde el papa Alejandro IV inscribe su nombre en el catálogo de
los santos. Por su mediación. Dios ha querido realizar muchos milagros.
Imitemos y acudamos a ella.
Después de
este recorrido en el que nos hemos dejado acompañar de manera simple, sencilla
y muy por encima de su espiritualidad, podemos decir que Clara nos manifiesta
la existencia de un amor consumado. Si alguien se dio la oportunidad de leer
estas letras, seguro que ha despertado en su ser la nostralgia de abrirse
verdaderamente al Espíritu del Señor y su
santa operación. Nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI tenemos que
aceptar que no tenemos otra vocación que la del el amor. ¿Por qué sustituirlo
por la mediaciones que se le parecen: el placer, el tener, el dominar, el
aparentar, lo pasajero, lo efímero, lo superfluo? ¿Po qué cambiar la
contemplación de una aurora o de un ocaso a la puesta del sol, por una luz que
no brilla, que no alumbra, y que sin embargo, en la apariencia nos deslumbra? Si
hemos seguido estos renglones, llegaremos a la conclusión de que el amor está
en el corazón, en la mirada, en la inmediatez del Tú, del Otro. Este grado de
contemplación es también ya un don, una gracia, un regalo de ese Otro que en el
encuentro con el otro se me hace alcanzable.
Oración para todos los días:
Oh
gloriosa Santa Clara, santa Virgen de Asís, míranos a tus plantas en este día
que recurrimos a Ti. Venimos a solicitar tu intercesión por la conversión de
los pecadores, y para que todos los cristianos seamos hoy luz del mundo para
los que viven en tinieblas y en sombras de muerte. Tú fuiste ilustre y clara de
nombre y de vida. Así queremos también nosotros seguir tus pasos. Para que en
nosotros no haya oscuridad, ni tinieblas, sino sólo paz, justicia, salud y gozo
en el Señor.
Intercede
por nosotros ante nuestro Señor Jesucristo que es la Luz del mundo. Que por
Jesucristo, con Jesucristo y en Jesucristo resplandezca nuestra alma con la
claridad de la gracia para que pueda brillar nuestra vida con la luz que
recibimos el día de nuestro bautismo e iluminemos así a nuestros hermanos,
anhelando la claridad de la visón divina. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro
Señor, Amen
Para revisar nuestra vida:
¿Cómo
descubro a Dios (Otro) en mi propia vida?
¿Qué
grado de importancia le doy al encuentro con Dios para vivir mi existencia
plena?
¿Cómo me
dejo amar por Dios?
¿Soy
capaz de descubrir a Dios también en la creación?
¿Qué ha
generado en mí el dejarme acompañar estos nueve días por Santa Clara de Asís?
Aclamaciones
Alabado
seas, mi Señor, por nuestra Hermana
Clara, mujer hecha oración.
- Padrenuestro,
que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu Reino,
hágase tu voluntad, en la tierra cómo en el cielo. Danos hoy nuestro pan de
cada día, perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los
que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y libranos del mal.
- Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es Contigo, bendita eres entre
las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre Jesús.
- Santa
María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
- Gloria
al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.
- Aquí se hace la
petición: Se pide la gracia que se desea, o por la necesidad que se tenga.
Santa
Clara de Asís:
Ruega
por nosotros que recurrimos a Ti.
-Alabado
seas, mi Señor, nuestra hermana Clara generosa y entregada en la caridad y en
la contemplación.
- Padrenuestro,
que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu Reino,
hágase tu voluntad, en la tierra cómo en el cielo. Danos hoy nuestro pan de
cada día, perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los
que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y libranos del mal.
- Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es Contigo, bendita eres entre
las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre Jesús.
- Santa
María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
- Gloria
al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.
- Aquí se hace la
petición: Se pide la gracia que se desea, o por la necesidad que se tenga.
Santa
Clara de Asís:
Ruega
por nosotros que recurrimos a Ti.
-Loados
seas, mi Señor, por nuestra hermana Clara ejemplo de santidad y poderosa
intercesora.
- Padrenuestro,
que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu Reino,
hágase tu voluntad, en la tierra cómo en el cielo. Danos hoy nuestro pan de
cada día, perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los
que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y libranos del mal.
- Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es Contigo, bendita eres entre
las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre Jesús.
- Santa
María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
- Gloria
al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.
- Aquí se hace la
petición: Se pide la gracia que se desea, o por la necesidad que se tenga.
Santa
Clara de Asís:
Ruega
por nosotros que recurrimos a Ti.
Oración final
Padre de las misericordias, que infundiste en
santa Clara un profundo amor a la pobreza evangélica, concédenos, por su
intercesión, que, siguiendo a Cristo pobre, merezcamos llegar a contemplarte en
tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina Contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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