¡Venga el Reino de Dios y su Justicia!
19 de agosto
Venga pronto
el reino de Dios; santifique a su Iglesia este piadosísimo Padre; derrame
abundantemente su misericordia sobre aquellas almas que hasta ahora no lo han
conocido. Destruya el reino de satanás; ponga en evidencia, para confusión de
esta bestia infernal, todas sus malas artimañas; haga conocer a todas las almas
las claves para engañar de este triste cosaco. Este tiernísimo Padre ilumine
las inteligencias de todos los hombres y llame a sus corazones, para que los
fervorosos ni se enfríen ni reduzcan la marcha en los caminos de la salvación;
los tibios se enfervoricen; y aquellos que se le han alejado retornen a él.
Disipe también y confunda a todos los sabios de este mundo para que no combatan
e impidan la propagación del reino. En fin, que este Padre tres veces santo
aleje de su Iglesia las divisiones que existen e impida que se produzcan otras
nuevas, para que haya un solo redil y un solo Pastor. Centuplique el número de
las almas elegidas; envíe muchos santos y doctos ministros; santifique a los
actuales y haga que, por medio de ellos, retorne el fervor a todas las almas
cristianas. Aumente el número de los misioneros católicos, porque, todavía de
nuevo, nos tenemos que lamentar con el divino Maestro: «La mies es mucha y los trabajadores son pocos».
(8 de marzo de 1915, a Anita
Rodote – Ep. III, p. 61)
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