Novena a Santa Verónica Giuliani. PRIMER DÍA UNA VOCACIÓN MARCADA POR LA CRUZ DE CRISTO 1-9

 NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR

SANTA VERÓNICA GIULIANI



 

PRIMER DÍA

 

UNA VOCACIÓN MARCADA POR LA CRUZ DE CRISTO 1-9

 

Por la señal de la Santa Cruz +

De nuestros enemigos +

Líbranos Señor, Dios nuestro +

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén.

 

Acto de contrición:

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.

 

Oración preparatoria:

Dios de Amor y Misericordia que en la pasión de tu Hijo Amado nos has manifestado los tesoros del reino por su muerte y resurrección concédenos a ejemplo de Santa Verónica, vivir de tal manera que anhelando los bienes eternos, nos esforcemos en la práctica generosa de la caridad, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén

 

Lectura bíblica: Juan 15,14-16.

 

"Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Los llamo mis amigos, porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. Ustedes no me escogieron a mi, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado

que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre."

 

Reflexión

 

Santa Verónica Giuliani (1660-1727) Nacida en Mercatello, ciudad del antiguo ducado de Urbino, Italia. Bautizada con el nombre de Úrsula. Su madre, Benita Mancini, era dechado de madres cristianas, y los hijos formados en aquel piadoso hogar se distinguieron por una virtud poco común: era una familia de santos. Dios reinaba en el corazón de todos y se recreaba en habitar la casa donde tanto se le amaba. El jefe de la familia, Francisco Giuliani, aunque poseía un excelente corazón, era quizás la nota discordante: aficionado en demasía a las vanidades y pasatiempos, abandonó durante algunos años las prácticas cristianas.

Las líneas anteriores pone de relieve de alguna manera el “caldo de cultivo” para que nuestra santa pudiese corresponder a la vocación que el Señor le estaba regalando. “¡Ser amiga de Dios!”. Se dice fácil cuando se piensa que la amistad en un dechado de romanticismo sentimentalista y no la entrega generosa de sí mismo por quien se ama. Esta fue precisamente la experiencia de Santa Verónica: haberse encontrado con el Amigo, con Aquel que le había amado primero. Fue Jesucristo quien con su vida, pasión muerte y resurrección se ganó el corazón de la humanidad y especialmente el Verónica para Dios.

Verónica se siente mirada, llamada, elegida por Dios en Jesucristo de una manera muy concreta, siendo testigo y testimonio de la Pasión de Jesús. La vida de Verónica estuvo marcada por la Cruz ¡gran regalo que Jesús hace a sus amigos! Por eso el Padre le ha concedido a Verónica estar a las puertas del infierno para que nadie entre al lugar de tormento por la ausencia total y absoluta de Dios.

 

Para revisar nuestra vida

. ¿Cultivo en mi vida la vocación que el Señor me ha dado?

. ¿En qué momento escuché la voz del Señor que me llamaba?

 ¿Qué me impiden seguir más de cerca de Jesucristo?

 ¿Estoy dispuesto a renunciar a todo con tal de ganar a Cristo?

 ¿Confío verdaderamente en Dios para dejarle acceso libre a mi vida?

 

Para orar:

Señor nuestro Jesucristo rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,

manifestación infinita de la misericordia del Padre,

derrama sobre nosotros la Luz de tu Espíritu Santo 

para que podamos saber lo que te es grato,

y cultivar así en nosotros la gracia de la santidad

que Tú oh, Augusta Trinidad, has querido compartirnos.

Te pedimos por intercesión de Santa Verónica nos concedas el arrepentimiento de nuestros pecados, y la generosidad para darte a conocer a todos los que están cerca y lejos de Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

Oremos juntos:

Se rezan tres Padre Nuestro y tres Ave María con Gloria al Padre con la siguiente jaculatoria

Santa Verónica Giuliani, Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.

Oración final:

 

Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica, haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que Contigo vive y reina en Unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


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