SEGUNDO DÍA Verónica iluminada y saturada del Amor de Dios. 2-9

NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR 

SANTA VERÓNICA GIULIANI 



SEGUNDO DÍA

 

Verónica iluminada y saturada del Amor de Dios. 2-9

 

Por la señal de la Santa Cruz +

De nuestros enemigos +

Líbranos Señor, Dios nuestro +

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén.

 

Acto de contrición:

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.

 

Oración preparatoria:

Dios de Amor y Misericordia que en la pasión de tu Hijo Amado nos has manifestado los tesoros del reino por su muerte y resurrección concédenos a ejemplo de Santa Verónica, vivir de tal manera que anhelando los bienes eternos, nos esforcemos en la práctica generosa de la caridad, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén

 

Lectura bíblica: Lucas 10,38-42

 

Jesús siguió su camino y llegó a una aldea, donde una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Marta tenía una hermana llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús para escuchar lo que él decía. Pero Marta, que estaba atareada con muchos quehaceres, se acercó a Jesús y le dijo:

--Señor, ¿no te preocupa nada que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude. Pero Jesús le contestó:

--Marta, Marta, estas preocupada y afligida por muchas cosas, pero sólo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y nadie se la va a quitar.

 

Para orar:

Señor nuestro Jesucristo rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,manifestación infinita de la misericordia del Padre, derrama sobre nosotros la Luz de tu Espíritu Santo para que podamos saber lo que te es grato, y cultivar así en nosotros la gracia de la santidad que Tú oh, Augusta Trinidad, has querido compartirnos.

Te pedimos por intercesión de Santa Verónica nos concedas el arrepentimiento de nuestros pecados, y la generosidad para darte a conocer a todos los que están cerca y lejos de Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

Del Diario de Santa Verónica Giuliani:

 

"Aunque siempre estuviera cumpliendo con tareas arduas y trabajando manualmente con empeño, me venían algunos impulsos y éxtasis a mi mente, todos en Dios Solo.

Este Dios Solo daba ciertas luces a mi alma, y me hacía sentir que la quería totalmente despojada y, al mismo tiempo, parecía que la hacía tal; entonces parecía que el alma se regocijaba. Este Dios Solo del que ahora hablo, no sé bien si lo podré explicar y dar a entender. Parece cosa dificil.

A pesar de todo, por cumplir con la santa obediencia, diré lo que he sentido con afectos, con luces, con visiones.

Primero, estando mi alma en aquel éxtasis, transportada, como en vuelo, en los brazos de Dios, se siente en un instante unida totalmente con Su Sumo y Único Bien. Entonces Dios hace que el alma reconozca que ella está toda con Él, con Él solo. Sólo este conocimiento parece infundir en el alma toda clase de enseñanzas; pero estas enseñanzas no las puedo describir, porque son impartidas por medio de intuición. El alma no es activa, no habla, no hace nada; sólo conoce que el Divino actor obra maravillas en ella. Sólo en la luz, que ella recibe de este Dios Solo, se prueba anticipadamente el Paraíso.

¡Oh, cuánto revela esta claridad de Dios Solo! En un instante revela su Omnipotencia y hace que la misma alma vea y comprenda su omnipotencia.

Con esta luz le da conocimiento interior para que el alma reconozca que nada puede hacer; pero se siente bien contenta de las operaciones que Dios obra en ella, comprendiendo que sólo Dios es aquel quien todo lo obra." (VOL II, p 22)

 

Reflexión:

Seguramente que en nuestra propia vida son muchas cosas las que nos preocupan y las que nos ocupan. Cosas importantes, ciertamente, pero también cosas superfluas, pasajeras. Cosas personales y cosas familiares, pero también las cosas que no son de nosotros, que no nos atañen, suelen ocupar nuestra mente.

En fin, pasamos un día tras otro, tan atareados en estos menesteres, que con mucha frecuencia nos olvidamos de Dios, nos olvidamos de Jesús que ha venido a visitarnos y ha querido quedarse con nosotros.

¿Cuán conscientes somos de ello? Seguramente que más de una vez hemos descuidado nuestra atención para con Él. hemos olvidado que está con nosotros y en nosotros. Nos hemos afanado en hacer cosas y le hemos desplazado a un lado, donde no interfiera en nuestros planes, en nuestros proyectos, en nuestros trabajos.

Qué importante es dejarnos iluminar por la Luz del Espíritu Santo, por la que se dejó alumbrar Santa Verónica, para poner todos nuestros sentidos y potencias del alma a los divinos pies del Maestro y así hacer de nuestra vida, una vida entregada a Dios en bien de nuestros hermanos.

 

Para revisar nuestra vida:

 

1ª. ¿En qué momentos de mi vida viene Jesús a estar conmigo?

. ¿Soy consciente de su presencia en mi diario vivir?

. ¿Me dejo iluminar por su Palabra?

. ¿Permito que su Luz ilumine las tinieblas de mi corazón?

. ¿Cómo respondo a su presencia en mi casa?

 

Oremos juntos:

Se rezan tres Padre Nuestro y tres Ave María con Gloria al Padre con la siguiente jaculatoria

Santa Verónica Giuliani, Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.

 

Oremos:

 

Te rogamos con las mismas palabras de Verónica: "Que la gracia de tu amor remueva de nosotros todo impedimento y todo obstáculo a la unión que debemos aspirar Contigo. Danos, Señor mío, un corazón puro, una verdadera humildad y perfecta resignación a vuestra Voluntad, un desprendimiento total de todo y de nosotros mismos, a fin de que seamos una misma cosa con Vos. Te ofrecemos nuestro entendimiento, nuestra memoria y nuestra voluntad. Y

todo lo confirmamos y consagramos a Ti."

 

Oración final:

 

Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica, haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que Contigo vive y reina en Unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

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