NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR SANTA VERÓNICA GIULIANI TERCER DÍA Verónica: La experiencia de abandono en la fe y la esperanza 3-9


 NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR SANTA 

VERÓNICA GIULIANI 



 

TERCER DÍA

 

Verónica: La experiencia de abandono en la fe y la esperanza 3-9

 

Por la señal de la Santa Cruz +

De nuestros enemigos +

Líbranos Señor, Dios nuestro +

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén.

 

Acto de contrición:

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.

 

Oración preparatoria:

Dios de Amor y Misericordia que en la pasión de tu Hijo Amado nos has manifestado los tesoros del reino por su muerte y resurrección concédenos a ejemplo de Santa Verónica, vivir de tal manera que anhelando los bienes eternos, nos esforcemos en la práctica generosa de la caridad, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén

 

Lectura bíblica: Lucas Mt. 14,24-33

 

"Mientras la barca ya iba bastante lejos de tierra firme. Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua. Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo:

-- ¡Es un fantasma!

Pero Jesús les habló, diciéndoles:

-- ¡Tengan valor, soy yo, no tengan miedo!

Entonces Pedro le respondió:

--Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua.

--Ven-dijo Jesús.

Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó:

--¡Sálvame, Señor!

Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo:

--¡Que poca fe tienes! ¿Por qué dudaste? En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento. Entonces, los que estaban en la barca se pusieron de rodillas delante de Jesús, y le dijeron:

--¡En verdad tú eres el Hijo de Dios!

 

Para orar:

Señor nuestro Jesucristo rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,manifestación infinita de la misericordia del Padre, derrama sobre nosotros la Luz de tu Espíritu Santo para que podamos saber lo que te es grato, y cultivar así en nosotros la gracia de la santidad que Tú oh, Augusta Trinidad, has querido compartirnos.

Te pedimos por intercesión de Santa Verónica nos concedas el arrepentimiento de nuestros pecados, y la generosidad para darte a conocer a todos los que están cerca y lejos de Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

Del Diario de Santa Verónica Giuliani:

 

"Esta noche, en la reanudación del dolor, me parece que Dios me ha dado luz particular de mi misma y dolor de mis propias culpas. En este momento, me parece que me ha hecho un reproche: que yo no obro con pura fe, como Él me hizo comprender, y desea que practique esto continuamente.

Cuando he hecho alguna obra con verdadera fe he sentido cierto afecto especial. Así, por ejemplo, me ha ocurrido en cualquier situación que requiere alguna cosa superior a mis fuerzas y me parecía imposible. En aquellos instantes me sentía reavivar la esperanza y la fe en Dios y hacía tales obras con facilidad. Este acto me daba gran vigor y me abría un camino muy secreto: que la fe hace crecer la virtud y confirma cada una de nuestras obras en nosotros y con el prójimo. Aquí aprendí que yo debo esforzarme por practicar hacia el prójimo las obras con fe viva; no tanto para disciplinarme, sino más bien por obrar en caridad. Al mismo tiempo sabía como debo comportarme en esto, y veía de cuanta ayuda me era el saber la manera y el modo de como actuar. Me parecía que Dios reavivaba íntimamente la fe que yo tengo en Él; y me parecía entender que cada acto de caridad hacia el prójimo, llevado a cabo con sentimientos de fe, y exhortándoles por medio de algún recuerdo o de buenos pensamientos, que creyéramos oportunos, hacia quien estábamos obrando, sabía que era cosa que le complacía en gran manera, y que de esta manera, aprendemos el verdadero modo de obrar con pura fe."

(Vol. II, 732ss).

 

Reflexión:

 

Con mucha frecuencia nuestra vida, bien sea por las decisiones que tomamos, bien por las que salen a nuestro encuentro, se parece a una barca en altamar, que va siendo llevada al vaivén de los vientos que la azotan. Sin embargo, es necesaria la fe. La fe que nos da la certeza de que por mucho peligro que nos aceche Jesús está con nosotros. Jesús va con nosotros. Jesús siempre sale a nuestro encuentro, estemos donde estemos, bien sea en la barca, bien sea a la orilla del mar. La tormenta siempre nos abrazara, pero antes que ella nos abraza el Amor de Dios manifestado en Jesús para darnos la certeza de la salvación.

Es necesario pasar por momento de dolor y de sufrimiento a causa de nuestras culpas, mismas que Dios nos hace ver en el interior de nuestro corazón para poder pedir perdón y enmendarnos seria y responsablemente. Esa luz que de vez en vez penetra hasta lo más profundo de nuestro ser, no siempre la descubrimos al momento, sin embargo, es necesario caminar con ojos de fe en la oscuridad. Dios nos sostiene y reaviva la fe que tenemos en Él para que podamos continuar generando esperanza en nuestro entorno.

 

Para revisar nuestra vida:

 

1ª. ¿Cuáles han sido los momentos más difíciles de mi vida?

. ¿Confío plenamente en Dios?

. ¿Me dejo iluminar por la Fe?

. ¿Permito que Jesús me tome de su mano y me salve?

. ¿Genero esperanza en mi entorno?

 

Oremos juntos:

Se rezan tres Padre Nuestro y tres Ave María con Gloria al Padre con la siguiente jaculatoria

Santa Verónica Giuliani, Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.

 

Oremos:

 

Dios Omnipotente y Eterno, aumenta en nosotros la fe, la esperanza y la caridad, y para que podamos obtener lo que nos prometes, haz que amemos todos tus mandamientos. 

Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

 

Oración final:

 

Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica, haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que Contigo vive y reina en Unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

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