NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR SANTA VERÓNICA GIULIANI NOVENO DÍA Verónica: La Consumación del alma enamorada 9-9
NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR
SANTA VERÓNICA GIULIANI
NOVENO DÍA
Verónica: La Consumación del alma enamorada 9-9
Por la señal de la Santa Cruz +
De nuestros enemigos +
Líbranos Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + Amén.
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.
Oración preparatoria:
Dios de Amor y Misericordia que en la pasión de tu Hijo Amado nos has manifestado los tesoros del reino por su muerte y resurrección concédenos a ejemplo de Santa Verónica, vivir de tal manera que anhelando los bienes eternos, nos esforcemos en la práctica generosa de la caridad, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Lectura bíblica: Juan 14,21-24
"El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que de veras me ama. Y mi Padre amará al que me ama; y yo también lo amaré y me mostraré a el.
Judas (no el Iscariote) le preguntó:
--Señor, ¿por qué vas a mostrarte a nosotros y no a la gente del mundo?
Jesús le contestó:
--El que me ama, hace caso de mi palabra; y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con el. El que no me ama, no hace caso de mis palabras.
Las palabras que ustedes están escuchando no son mías, sino del Padre, que me ha enviado.”
Para orar:
Señor nuestro Jesucristo rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,manifestación infinita de la misericordia del Padre, derrama sobre nosotros la Luz de tu Espíritu Santo para que podamos saber lo que te es grato, y cultivar así en nosotros la gracia de la santidad que Tú oh, Augusta Trinidad, has querido compartirnos.
Te pedimos por intercesión de Santa Verónica nos concedas el arrepentimiento de nuestros pecados, y la generosidad para darte a conocer a todos los que están cerca y lejos de Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Del Diario de Santa Verónica Giuliani:
"El Señor me hace entender que concede más de su amor a quien de veras le ama y se somete completamente a su disposición; porque El Amor aumenta con el amor. Así es con el alma que ama. El Amor se comunica con ella, y una vez comunicado, de pronto empieza a obrar; y de este modo, todo lo que dicha alma hace, no lo hace ella, sino el Amor que está en ella. Ahora el Divino Amor se aposenta dentro del alma y se hace sentir. Luego ella no encuentra ningún reposo, y siente ansias de ser más amorosa. A veces con gritos, a veces en silencio, ella piensa constantemente con el Amor.
El Amor habla, y en el mismo hablar se hace sentir en el alma. En otra instancia guarda silencio y hace que ella lo sienta, lo pruebe y comprenda de algún modo. Pero ella de esto no puede decir ni palabra, porque El es infinito, incomprensible, inmenso; y cuanto menos se habla, más se dice de El. En pocas palabras, nadie puede narrar Su grandeza y nadie lo puede comprender.
Y todo esto el Amor hace entender a la misma alma, y al mismo tiempo, ella está toda absorta y fuera de sí, pero toda unida a este Amor. (VOL. II, 121 s).
Me ha hecho conocer que la verdadera caridad consiste en hacer todas las obras con anonadamiento y sin interés alguno, ni hacia las criaturas, ni para con Dios. Y para que toda acción tenga como fin la gloria de Dios, se debe tener primeramente la pura y recta intención de hacerla sólo por amor y con amor. La caridad sin amor de Dios es como una cosa muerta. El amor es lo que le da valor y le da vida. Me ha hecho conocer del mismo modo que así son todas las otras virtudes. Sin la vitalidad de este amor puro, todo está muerto, y son como si no fueran. Sobre este punto me ha hecho entender que, como he sido introducida en la escuela de su Amor, ahora conoceré bien todas estas cosas." (VOL. II, 31).
Reflexión:
La certeza plena y absoluta de que Dios nos ha amado primero conduce al alma enamorada a dejarse amar para luego compartir ese amor. Un amor que nos hace capaces de ser morada de Dios.
No se trata de un amor pasajero, efimero, transitorio, volatil, sino de aquel Amor que nos llena de alegría, de esperanza y de rogocijo el corazón, aún en medio de los tormentos de la vida.
Cuando el Amor alla cabida en la persona entonces hace de ella su aposento, su templo, su tabernáculo. El Señor constantemente dá más de su amor a quien más le ama.
Llena el alma de su Amor y luego le hace entender que es necesario amar, y nada más que amar. Solamente el Amor va recreando en el alma enamorada su presencia divina nacida de una relación tan íntima y profunda que cuando se toma conciencia de ello es porque ya el alma está arrobada toda ella en el mismo ser de Dios.
Este amor no nos exime de la caridad ni del bien que hemos de prodigar a nuestros hermanos, sino todo lo contrario, nos capacita para poder llevar a cabo la obra de salvación en nosotros y en todos los que nos rodean.
Se trata de un Amor que abrasa el corazón, a tal grado que es imposible exitiguirlo, parece consumirlo pero no termina por consumirlo es el Amor siempre presente en el corazón que ama y que llama e invita a amar cada día más.
Para revisar nuestra vida:
1ª. ¿Qué entiedo por amor?
2ª. ¿He sentido abrasar mi corazon sin consumirse?
3ª. ¿Me dejo amar por Dios?
4ª. ¿Comparto el Amor de Dios a mis hermanos?
5ª. ¿Pido la gracia de mar a Dios sobre todas las cosas?
Oremos juntos:
Se rezan tres Padre Nuestro y tres Ave María con Gloria al Padre con la siguiente jaculatoria
Santa Verónica Giuliani, Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.
Oremos:
Oh Dios, que en Amor a Ti y a los hermanos has resumido toda la Ley y los Profetas, concedenos la gracia de amarte sobre todas las cosas y a amar a nuestro prójimo como a nsotros mismos. Te lo pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica, haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que Contigo vive y reina en Unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
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