Novena a Santa Verónica Giuliani Clarisa Capuchina Estigmatizada.
NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR
SANTA VERÓNICA GIULIANI
PRIMER DÍA
UNA VOCACIÓN MARCADA POR LA CRUZ DE CRISTO 1-9
Por la señal de la Santa Cruz +
De nuestros enemigos +
Líbranos Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + Amén.
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.
Oración preparatoria:
Dios de Amor y Misericordia que en la pasión de tu Hijo Amado nos has manifestado los tesoros del reino por su muerte y resurrección concédenos a ejemplo de Santa Verónica, vivir de tal manera que anhelando los bienes eternos, nos esforcemos en la práctica generosa de la caridad, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Lectura bíblica: Juan 15,14-16.
"Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Los llamo mis amigos, porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. Ustedes no me escogieron a mi, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado
que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre."
Del Diario de Santa Verónica Giuliani
"El Señor me ha hecho recordar aquello que obró en mi alma el día que iba a ser investida con el hábito religioso. Toda la noche me tiene despierta conforme aprenda aquello que debo hacer, en qué modo lo debo hacer, y con qué fervor. Me iluminó de tal modo que me tenía pasmada. Me levanté en la
madrugada, dos o tres horas antes de amanecer, y sentí cierta necesidad de pensar en los esponsales que iba a contraer con Jesús. Se me apareció el Niño Jesús..., y me pareció que me pedía, por medio de comunicación, un firme propósito de no volver a meter en mi mente nada mundano, de no dejarme
vencer por mi naturaleza (mi cuerpo), y de estar toda dispuesta a hacer la voluntad de Dios. Indicó que si le hubiera correspondido de todo corazón Él me habría dado innumerables gracias. Sabía que me requería una muerte total
a mi misma, con todo tipo de privaciones propias, y de estar siempre dispuesta a la mortificación.
Todo esto me dejó con ansias de hacerlo todo por la pura gloria de Dios, y para que me iluminara con el conocimiento propio.
Tomé el hábito con verdadero sentimiento y, puesto que estaba entrando en la clausura, me pareció que debía alejar de mí cualquier otro pensamiento. Sólo quedó en mi mente aquello que debería hacer para corresponder a Dios." (Vol. II, 775ss)
Reflexión
Santa Verónica Giuliani (1660-1727) Nacida en Mercatello, ciudad del antiguo ducado de Urbino, Italia. Bautizada con el nombre de Úrsula. Su madre, Benita Mancini, era dechado de madres cristianas, y los hijos formados en aquel piadoso hogar se distinguieron por una virtud poco común: era una familia de santos. Dios reinaba en el corazón de todos y se recreaba en habitar la casa donde tanto se le amaba. El jefe de la familia, Francisco Giuliani, aunque poseía un excelente corazón, era quizás la nota discordante: aficionado en demasía a las vanidades y pasatiempos, abandonó durante algunos años las prácticas cristianas.
Las líneas anteriores pone de relieve de alguna manera el “caldo de cultivo” para que nuestra santa pudiese corresponder a la vocación que el Señor le estaba regalando. “¡Ser amiga de Dios!”. Se dice fácil cuando se piensa que la amistad en un dechado de romanticismo sentimentalista y no la entrega generosa de sí mismo por quien se ama. Esta fue precisamente la experiencia de Santa Verónica: haberse encontrado con el Amigo, con Aquel que le había amado primero. Fue Jesucristo quien con su vida, pasión muerte y resurrección se ganó el corazón de la humanidad y especialmente el Verónica para Dios.
Verónica se siente mirada, llamada, elegida por Dios en Jesucristo de una manera muy concreta, siendo testigo y testimonio de la Pasión de Jesús. La vida de Verónica estuvo marcada por la Cruz ¡gran regalo que Jesús hace a sus amigos! Por eso el Padre le ha concedido a Verónica estar a las puertas del infierno para que nadie entre al lugar de tormento por la ausencia total y absoluta de Dios.
Para revisar nuestra vida
1ª. ¿Cultivo en mi vida la vocación que el Señor me ha dado?
2ª. ¿En qué momento escuché la voz del Señor que me llamaba?
3ª ¿Qué me impiden seguir más de cerca de Jesucristo?
4ª ¿Estoy dispuesto a renunciar a todo con tal de ganar a Cristo?
5ª ¿Confío verdaderamente en Dios para dejarle acceso libre a mi vida?
Para orar:
Señor nuestro Jesucristo rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,
manifestación infinita de la misericordia del Padre,
derrama sobre nosotros la Luz de tu Espíritu Santo
para que podamos saber lo que te es grato,
y cultivar así en nosotros la gracia de la santidad
que Tú oh, Augusta Trinidad, has querido compartirnos.
Te pedimos por intercesión de Santa Verónica nos concedas el arrepentimiento de nuestros pecados, y la generosidad para darte a conocer a todos los que están cerca y lejos de Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oremos juntos:
Se rezan tres Padre Nuestro y tres Ave María con Gloria al Padre con la siguiente jaculatoria
Santa Verónica Giuliani, Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.
Oremos:
Oh Dios, fuente de todo bien, que nos has escogido en tu Hijo desde el principio de la Creación del mundo para presentarnos ante Ti santos y puros en el Amor; haz que, siguiendo el ejemplo de Sta. Verónica, sepamos responder a Tu designio de Amor bajo la acción de tu Santo Espíritu. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica, haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que Contigo vive y reina en Unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR
SANTA VERÓNICA GIULIANI
SEGUNDO DÍA
Verónica iluminada y saturada del Amor de Dios. 2-9
Por la señal de la Santa Cruz +
De nuestros enemigos +
Líbranos Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + Amén.
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.
Oración preparatoria:
Dios de Amor y Misericordia que en la pasión de tu Hijo Amado nos has manifestado los tesoros del reino por su muerte y resurrección concédenos a ejemplo de Santa Verónica, vivir de tal manera que anhelando los bienes eternos, nos esforcemos en la práctica generosa de la caridad, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Lectura bíblica: Lucas 10,38-42
Jesús siguió su camino y llegó a una aldea, donde una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Marta tenía una hermana llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús para escuchar lo que él decía. Pero Marta, que estaba atareada con muchos quehaceres, se acercó a Jesús y le dijo:
--Señor, ¿no te preocupa nada que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude. Pero Jesús le contestó:
--Marta, Marta, estas preocupada y afligida por muchas cosas, pero sólo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y nadie se la va a quitar.
Para orar:
Señor nuestro Jesucristo rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,manifestación infinita de la misericordia del Padre, derrama sobre nosotros la Luz de tu Espíritu Santo para que podamos saber lo que te es grato, y cultivar así en nosotros la gracia de la santidad que Tú oh, Augusta Trinidad, has querido compartirnos.
Te pedimos por intercesión de Santa Verónica nos concedas el arrepentimiento de nuestros pecados, y la generosidad para darte a conocer a todos los que están cerca y lejos de Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Del Diario de Santa Verónica Giuliani:
"Aunque siempre estuviera cumpliendo con tareas arduas y trabajando manualmente con empeño, me venían algunos impulsos y éxtasis a mi mente, todos en Dios Solo.
Este Dios Solo daba ciertas luces a mi alma, y me hacía sentir que la quería totalmente despojada y, al mismo tiempo, parecía que la hacía tal; entonces parecía que el alma se regocijaba. Este Dios Solo del que ahora hablo, no sé bien si lo podré explicar y dar a entender. Parece cosa dificil.
A pesar de todo, por cumplir con la santa obediencia, diré lo que he sentido con afectos, con luces, con visiones.
Primero, estando mi alma en aquel éxtasis, transportada, como en vuelo, en los brazos de Dios, se siente en un instante unida totalmente con Su Sumo y Único Bien. Entonces Dios hace que el alma reconozca que ella está toda con Él, con Él solo. Sólo este conocimiento parece infundir en el alma toda clase de enseñanzas; pero estas enseñanzas no las puedo describir, porque son impartidas por medio de intuición. El alma no es activa, no habla, no hace nada; sólo conoce que el Divino actor obra maravillas en ella. Sólo en la luz, que ella recibe de este Dios Solo, se prueba anticipadamente el Paraíso.
¡Oh, cuánto revela esta claridad de Dios Solo! En un instante revela su Omnipotencia y hace que la misma alma vea y comprenda su omnipotencia.
Con esta luz le da conocimiento interior para que el alma reconozca que nada puede hacer; pero se siente bien contenta de las operaciones que Dios obra en ella, comprendiendo que sólo Dios es aquel quien todo lo obra." (VOL II, p 22)
Reflexión:
Seguramente que en nuestra propia vida son muchas cosas las que nos preocupan y las que nos ocupan. Cosas importantes, ciertamente, pero también cosas superfluas, pasajeras. Cosas personales y cosas familiares, pero también las cosas que no son de nosotros, que no nos atañen, suelen ocupar nuestra mente.
En fin, pasamos un día tras otro, tan atareados en estos menesteres, que con mucha frecuencia nos olvidamos de Dios, nos olvidamos de Jesús que ha venido a visitarnos y ha querido quedarse con nosotros.
¿Cuán conscientes somos de ello? Seguramente que más de una vez hemos descuidado nuestra atención para con Él. hemos olvidado que está con nosotros y en nosotros. Nos hemos afanado en hacer cosas y le hemos desplazado a un lado, donde no interfiera en nuestros planes, en nuestros proyectos, en nuestros trabajos.
Qué importante es dejarnos iluminar por la Luz del Espíritu Santo, por la que se dejó alumbrar Santa Verónica, para poner todos nuestros sentidos y potencias del alma a los divinos pies del Maestro y así hacer de nuestra vida, una vida entregada a Dios en bien de nuestros hermanos.
Para revisar nuestra vida:
1ª. ¿En qué momentos de mi vida viene Jesús a estar conmigo?
2ª. ¿Soy consciente de su presencia en mi diario vivir?
3ª. ¿Me dejo iluminar por su Palabra?
4ª. ¿Permito que su Luz ilumine las tinieblas de mi corazón?
5ª. ¿Cómo respondo a su presencia en mi casa?
Oremos juntos:
Se rezan tres Padre Nuestro y tres Ave María con Gloria al Padre con la siguiente jaculatoria
Santa Verónica Giuliani, Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.
Oremos:
Te rogamos con las mismas palabras de Verónica: "Que la gracia de tu amor remueva de nosotros todo impedimento y todo obstáculo a la unión que debemos aspirar Contigo. Danos, Señor mío, un corazón puro, una verdadera humildad y perfecta resignación a vuestra Voluntad, un desprendimiento total de todo y de nosotros mismos, a fin de que seamos una misma cosa con Vos. Te ofrecemos nuestro entendimiento, nuestra memoria y nuestra voluntad. Y
todo lo confirmamos y consagramos a Ti."
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica, haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que Contigo vive y reina en Unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR
SANTA VERÓNICA GIULIANI
TERCER DÍA
Verónica: La experiencia de abandono en la fe y la esperanza 3-9
Por la señal de la Santa Cruz +
De nuestros enemigos +
Líbranos Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + Amén.
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.
Oración preparatoria:
Dios de Amor y Misericordia que en la pasión de tu Hijo Amado nos has manifestado los tesoros del reino por su muerte y resurrección concédenos a ejemplo de Santa Verónica, vivir de tal manera que anhelando los bienes eternos, nos esforcemos en la práctica generosa de la caridad, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Lectura bíblica: Lucas Mt. 14,24-33
"Mientras la barca ya iba bastante lejos de tierra firme. Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua. Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo:
-- ¡Es un fantasma!
Pero Jesús les habló, diciéndoles:
-- ¡Tengan valor, soy yo, no tengan miedo!
Entonces Pedro le respondió:
--Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua.
--Ven-dijo Jesús.
Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó:
--¡Sálvame, Señor!
Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo:
--¡Que poca fe tienes! ¿Por qué dudaste? En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento. Entonces, los que estaban en la barca se pusieron de rodillas delante de Jesús, y le dijeron:
--¡En verdad tú eres el Hijo de Dios!
Para orar:
Señor nuestro Jesucristo rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,manifestación infinita de la misericordia del Padre, derrama sobre nosotros la Luz de tu Espíritu Santo para que podamos saber lo que te es grato, y cultivar así en nosotros la gracia de la santidad que Tú oh, Augusta Trinidad, has querido compartirnos.
Te pedimos por intercesión de Santa Verónica nos concedas el arrepentimiento de nuestros pecados, y la generosidad para darte a conocer a todos los que están cerca y lejos de Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Del Diario de Santa Verónica Giuliani:
"Esta noche, en la reanudación del dolor, me parece que Dios me ha dado luz particular de mi misma y dolor de mis propias culpas. En este momento, me parece que me ha hecho un reproche: que yo no obro con pura fe, como Él me hizo comprender, y desea que practique esto continuamente.
Cuando he hecho alguna obra con verdadera fe he sentido cierto afecto especial. Así, por ejemplo, me ha ocurrido en cualquier situación que requiere alguna cosa superior a mis fuerzas y me parecía imposible. En aquellos instantes me sentía reavivar la esperanza y la fe en Dios y hacía tales obras con facilidad. Este acto me daba gran vigor y me abría un camino muy secreto: que la fe hace crecer la virtud y confirma cada una de nuestras obras en nosotros y con el prójimo. Aquí aprendí que yo debo esforzarme por practicar hacia el prójimo las obras con fe viva; no tanto para disciplinarme, sino más bien por obrar en caridad. Al mismo tiempo sabía como debo comportarme en esto, y veía de cuanta ayuda me era el saber la manera y el modo de como actuar. Me parecía que Dios reavivaba íntimamente la fe que yo tengo en Él; y me parecía entender que cada acto de caridad hacia el prójimo, llevado a cabo con sentimientos de fe, y exhortándoles por medio de algún recuerdo o de buenos pensamientos, que creyéramos oportunos, hacia quien estábamos obrando, sabía que era cosa que le complacía en gran manera, y que de esta manera, aprendemos el verdadero modo de obrar con pura fe."
(Vol. II, 732ss).
Reflexión:
Con mucha frecuencia nuestra vida, bien sea por las decisiones que tomamos, bien por las que salen a nuestro encuentro, se parece a una barca en altamar, que va siendo llevada al vaivén de los vientos que la azotan. Sin embargo, es necesaria la fe. La fe que nos da la certeza de que por mucho peligro que nos aceche Jesús está con nosotros. Jesús va con nosotros. Jesús siempre sale a nuestro encuentro, estemos donde estemos, bien sea en la barca, bien sea a la orilla del mar. La tormenta siempre nos abrazara, pero antes que ella nos abraza el Amor de Dios manifestado en Jesús para darnos la certeza de la salvación.
Es necesario pasar por momento de dolor y de sufrimiento a causa de nuestras culpas, mismas que Dios nos hace ver en el interior de nuestro corazón para poder pedir perdón y enmendarnos seria y responsablemente. Esa luz que de vez en vez penetra hasta lo más profundo de nuestro ser, no siempre la descubrimos al momento, sin embargo, es necesario caminar con ojos de fe en la oscuridad. Dios nos sostiene y reaviva la fe que tenemos en Él para que podamos continuar generando esperanza en nuestro entorno.
Para revisar nuestra vida:
1ª. ¿Cuáles han sido los momentos más difíciles de mi vida?
2ª. ¿Confío plenamente en Dios?
3ª. ¿Me dejo iluminar por la Fe?
4ª. ¿Permito que Jesús me tome de su mano y me salve?
5ª. ¿Genero esperanza en mi entorno?
Oremos juntos:
Se rezan tres Padre Nuestro y tres Ave María con Gloria al Padre con la siguiente jaculatoria
Santa Verónica Giuliani, Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.
Oremos:
Dios Omnipotente y Eterno, aumenta en nosotros la fe, la esperanza y la caridad, y para que podamos obtener lo que nos prometes, haz que amemos todos tus mandamientos.
Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica, haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que Contigo vive y reina en Unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR
SANTA VERÓNICA GIULIANI
CUARTO DÍA
Verónica: crucificada sin cruz 4-9
Por la señal de la Santa Cruz +
De nuestros enemigos +
Líbranos Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + Amén.
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.
Oración preparatoria:
Dios de Amor y Misericordia que en la pasión de tu Hijo Amado nos has manifestado los tesoros del reino por su muerte y resurrección concédenos a ejemplo de Santa Verónica, vivir de tal manera que anhelando los bienes eternos, nos esforcemos en la práctica generosa de la caridad, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Lectura bíblica: Lucas Mt. 16,21-25
A partir de entonces Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que él tendría que ir a Jerusalén, y que los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley lo harían sufrir mucho. Les dijo que lo iban a matar, pero que al tercer día resucitaría. Entonces Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo, diciendo:
--¡Dios no lo quiera, Señor! ¡Esto no te puede pasar!
Pero Jesús se volvió y le dijo a Pedro:
--¡Apártate de mi, Satanás, pues me pones en peligro de caer! Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres.
Luego Jesús dijo a sus discípulos:
--Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la
vida por causa mía, la encontrará.
Para orar:
Señor nuestro Jesucristo rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,manifestación infinita de la misericordia del Padre, derrama sobre nosotros la Luz de tu Espíritu Santo para que podamos saber lo que te es grato, y cultivar así en nosotros la gracia de la santidad que Tú oh, Augusta Trinidad, has querido compartirnos.
Te pedimos por intercesión de Santa Verónica nos concedas el arrepentimiento de nuestros pecados, y la generosidad para darte a conocer a todos los que están cerca y lejos de Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Del Diario de Santa Verónica Giuliani:
“Tuve un rapto, en el cual vi a Nuestro Señor, quien tenía en la mano una gran cruz. Así me habló: Esta es la cruz con la cual te he dotado: ora para que puedas participar de los frutos de este tesoro. Así consideran la cruz quienes me aman. Mientras esto me decía, me daba un íntimo conocimiento sobre el gran valor del sufrimiento.
Me daba a entender que todos los verdaderos tesoros se encuentran en la cruz, y me hacía comprender que, habiéndome dado Él la cruz por dote en los esponsales, me daba en posesión todo aquello que Él nos mereció por su Pasión y muerte en la cruz, y también vino a hacerme partícipe de los frutos del mérito infinito de su preciosa Sangre, y de todos sus méritos."
Reflexión:
Vivimos en la sociedad de la inmediatez. Queremos todo rápido y bien. La sociedad se desarrolla en una perspectiva de “eficacia” donde pone por encima de la persona el rendimiento y el acierto en el trabajo. Se suele pensar que la verdadera vida depende de lo que se tiene y de lo que se hace. ¿Y la cruz? ¡Ni hablar de ella! Esa es para los masoquistas, para los enfermos, para los que no se quieren y no se valoran.
¡Qué lejos están de obtener los tesoros del Reino quienes piensan así! Inclusive los mismos Apóstoles de Jesús no lo comprendían. Ahí tenemos a Pedro, a la “Roca” tratando de convencer a Jesús para que no haga la Voluntad de Dios, para que no cargue con su cruz. Que, por cierto, dicho sea de paso, no era su cruz, sino la tuya, la mía, la nuestra.
Cuando entendamos que la Cruz es el Libro de la Vida, entonces no solamente la aceptaremos, sino que la enarbolaremos como un trofeo que no ha hecho acreedores al Reino de los cielos.
Esta fue la experiencia de nuestra santa que aceptó la oferta que Jesucristo le hacía de compartirle su cruz. Ojalá y Dios nos conceda la gracia de cargar dignamente nuestra cruz para poder obtener los frutos de este tesoro.
Para revisar nuestra vida:
1ª. ¿Qué significa la Cruz para mí?
2ª. ¿Cuál es mi actitud en el momento del sufrimiento?
3ª. ¿Abrazo con alegría la cruz?
4ª. ¿Ayudo a los demás a llevar su propia cruz?
5ª. ¿Soy consciente de los tesoros del Reino que brotan de la cruz?
Oremos juntos:
Se rezan tres Padre Nuestro y tres Ave María con Gloria al Padre con la siguiente jaculatoria
Santa Verónica Giuliani, Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.
Oremos:
Señor Jesús, que por cumplir la Voluntad del Padre te ofreciste en la Cruz y quisiste asociar de manera especial a Sta. Verónica a tus sufrimientos, concédenos contemplarlos, y completarlos en nosotros para el bien de tu Cuerpo, que es la Iglesia. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica, haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que Contigo vive y reina en Unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR
SANTA VERÓNICA GIULIANI
QUINTO DÍA
Verónica: Abrasada por el fuego de Jesús eucaristía 5-9
Por la señal de la Santa Cruz +
De nuestros enemigos +
Líbranos Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + Amén.
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.
Oración preparatoria:
Dios de Amor y Misericordia que en la pasión de tu Hijo Amado nos has manifestado los tesoros del reino por su muerte y resurrección concédenos a ejemplo de Santa Verónica, vivir de tal manera que anhelando los bienes eternos, nos esforcemos en la práctica generosa de la caridad, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Lectura bíblica: Lucas Juan 6,48-58
“Yo soy el pan que da vida. Los antepasados de ustedes comieron el maná en el desierto, y a pesar de ello murieron; pero yo hablo del pan que baja del cielo, quien come de él, no muere. Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propio cuerpo. Lo daré por la vida del mundo.
Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:
--¿Cómo puede éste darnos a comer su propio cuerpo?
Jesús les dijo:
-Les aseguro que si ustedes no comen el cuerpo del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día último. Porque mi cuerpo es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron sus antepasados de ustedes, que a pesar de haberlo comido murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre”.
Para orar:
Señor nuestro Jesucristo rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,manifestación infinita de la misericordia del Padre, derrama sobre nosotros la Luz de tu Espíritu Santo para que podamos saber lo que te es grato, y cultivar así en nosotros la gracia de la santidad que Tú oh, Augusta Trinidad, has querido compartirnos.
Te pedimos por intercesión de Santa Verónica nos concedas el arrepentimiento de nuestros pecados, y la generosidad para darte a conocer a todos los que están cerca y lejos de Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Del Diario de Santa Verónica Giuliani:
"Has deseado que todos meditemos sobre este Divino Sacramento a fin de que comprendamos tan gran creación de amor. Dios la instituyó para permanecer con nosotros, para ser alimento de nuestra alma, para nuestro provecho.
¡Oh, Dios! Es un tema que da locura el sólo pensarlo. ¡Oh! ¡Piensen, para que lo reciban con sentimiento! ¡Y que con verdadero sentimiento lo tienen en las manos otros sacerdotes! Yo pienso que no sólo está presente entre vosotros en el acto de la consagración, sino que incluso nos transformamos en el mismo Dios.
Soy de la opinión que nos transformamos en fuego, y, teniendo entre las manos al Divino Amor, pienso que nos quemaríamos todos, y que no podría yo explicar con palabras cuanto hace y obra en aquel instante en vuestras almas el Divino Hacedor.
Y de las veces que me he puesto a meditar un poco, he ido pensado que, si de veras pensáramos en esta obra divina, seguro que nos enloqueceríamos por la vehemencia y fuerza que da tan grande amor.
¡Oh, Dios! Nuestro corazón se convierte en divino templo de la Santísima Trinidad. Puedo expresarlo en aquel acto de la Comunión: AVE, TEMPLUM TOTIUS TRINITATIS. (Ave, templo de toda la Trinidad) Lo que la mente humana no puede comprender, viene a integrarse y a unirse con nuestras almas, y se hace una con nosotros.
¿Y quién no se resolverá jamás a amar a Quién tanto les beneficia y ama? ¿Cómo puede uno reposar la noche anterior si piensa en esto? No creo que se tengan deseos de dar reposo al cuerpo, sino que todos nuestros pensamientos sean de cómo se puede preparar el alma para tan gran bien."
Reflexión:
Todos tenemos la inmensa posibilidad de participar del “Banquete de bodas del Cordero” donde Él nos alimenta con su cuerpo y con su sangre. Realmente poca será siempre nuestra preparación para recibirle en comunión sacramental. ¡Oh! Si reparáramos en este deleite, en este inmenso don, en este Pan de los ángeles que ha bajado del Cielo, nuestra vida estaría toda ella volcada a la adoración de Jesús en este Augusto Sacramento.
El simple hecho de pensar ya en su presencia real nos debe conducir perpetuamente hasta el Sagrario donde está Jesús Sacramentado. Pero, ante todo, nos ha de consumir el anhelo de recibirle en comunión. Nuestra alma ha de temblar, de desfallecer anhelando el momento de recibirle sacramentado, resucitado. ¿Existe otro don que el cristiano pueda desear mayor a Este? ¡No! ¡Claro que no!
Al recibir a Jesucristo en la Eucaristía, nos convertimos en templos de la Santísima Trinidad, donde el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo nos hacen uno con ellos y de esta manera degustamos de manera anticipada la vida bienaventurada. La vida de Dios en nosotros. La vida del Reino. El amor de Dios continúa haciéndose presente en fidelidad para todos los que le deseen. Corramos pues al encuentro del Señor y saciémonos del Alimento que nos da la vida eterna.
Para revisar nuestra vida:
1ª. ¿Qué significa para mí la Eucaristía?
2ª. ¿Cómo me preparo para comulgar?
3ª. ¿Con qué frecuencia voy a visitar a Jesús en el Sagrario?
4ª. ¿Soy consciente de que al recibirle me convierto en Él?
5ª. ¿Recibo todos los días este Alimento que me da la Vida eterna?
Oremos juntos:
Se rezan tres Padre Nuestro y tres Ave María con Gloria al Padre con la siguiente jaculatoria
Santa Verónica Giuliani, Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.
Oremos:
Concédenos, señor, participar con fe del sacrificio eucarístico y de acercarnos con corazón puro a tu mesa para recibir el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, a fin de que crezca en nosotros la vida divina. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica, haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que Contigo vive y reina en Unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR SANTA
VERÓNICA GIULIANI
QUINTO DÍA
Verónica: Abrasada por el fuego de Jesús eucaristía 5-9
Por la señal de la Santa Cruz +
De nuestros enemigos +
Líbranos Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + Amén.
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.
Oración preparatoria:
Dios de Amor y Misericordia que en la pasión de tu Hijo Amado nos has manifestado los tesoros del reino por su muerte y resurrección concédenos a ejemplo de Santa Verónica, vivir de tal manera que anhelando los bienes eternos, nos esforcemos en la práctica generosa de la caridad, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Lectura bíblica: Lucas Juan 6,48-58
“Yo soy el pan que da vida. Los antepasados de ustedes comieron el maná en el desierto, y a pesar de ello murieron; pero yo hablo del pan que baja del cielo, quien come de él, no muere. Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propio cuerpo. Lo daré por la vida del mundo.
Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:
--¿Cómo puede éste darnos a comer su propio cuerpo?
Jesús les dijo:
-Les aseguro que si ustedes no comen el cuerpo del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día último. Porque mi cuerpo es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron sus antepasados de ustedes, que a pesar de haberlo comido murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre”.
Para orar:
Señor nuestro Jesucristo rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,manifestación infinita de la misericordia del Padre, derrama sobre nosotros la Luz de tu Espíritu Santo para que podamos saber lo que te es grato, y cultivar así en nosotros la gracia de la santidad que Tú oh, Augusta Trinidad, has querido compartirnos.
Te pedimos por intercesión de Santa Verónica nos concedas el arrepentimiento de nuestros pecados, y la generosidad para darte a conocer a todos los que están cerca y lejos de Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Del Diario de Santa Verónica Giuliani:
"Has deseado que todos meditemos sobre este Divino Sacramento a fin de que comprendamos tan gran creación de amor. Dios la instituyó para permanecer con nosotros, para ser alimento de nuestra alma, para nuestro provecho.
¡Oh, Dios! Es un tema que da locura el sólo pensarlo. ¡Oh! ¡Piensen, para que lo reciban con sentimiento! ¡Y que con verdadero sentimiento lo tienen en las manos otros sacerdotes! Yo pienso que no sólo está presente entre vosotros en el acto de la consagración, sino que incluso nos transformamos en el mismo Dios.
Soy de la opinión que nos transformamos en fuego, y, teniendo entre las manos al Divino Amor, pienso que nos quemaríamos todos, y que no podría yo explicar con palabras cuanto hace y obra en aquel instante en vuestras almas el Divino Hacedor.
Y de las veces que me he puesto a meditar un poco, he ido pensado que, si de veras pensáramos en esta obra divina, seguro que nos enloqueceríamos por la vehemencia y fuerza que da tan grande amor.
¡Oh, Dios! Nuestro corazón se convierte en divino templo de la Santísima Trinidad. Puedo expresarlo en aquel acto de la Comunión: AVE, TEMPLUM TOTIUS TRINITATIS. (Ave, templo de toda la Trinidad) Lo que la mente humana no puede comprender, viene a integrarse y a unirse con nuestras almas, y se hace una con nosotros.
¿Y quién no se resolverá jamás a amar a Quién tanto les beneficia y ama? ¿Cómo puede uno reposar la noche anterior si piensa en esto? No creo que se tengan deseos de dar reposo al cuerpo, sino que todos nuestros pensamientos sean de cómo se puede preparar el alma para tan gran bien."
Reflexión:
Todos tenemos la inmensa posibilidad de participar del “Banquete de bodas del Cordero” donde Él nos alimenta con su cuerpo y con su sangre. Realmente poca será siempre nuestra preparación para recibirle en comunión sacramental. ¡Oh! Si reparáramos en este deleite, en este inmenso don, en este Pan de los ángeles que ha bajado del Cielo, nuestra vida estaría toda ella volcada a la adoración de Jesús en este Augusto Sacramento.
El simple hecho de pensar ya en su presencia real nos debe conducir perpetuamente hasta el Sagrario donde está Jesús Sacramentado. Pero, ante todo, nos ha de consumir el anhelo de recibirle en comunión. Nuestra alma ha de temblar, de desfallecer anhelando el momento de recibirle sacramentado, resucitado. ¿Existe otro don que el cristiano pueda desear mayor a Este? ¡No! ¡Claro que no!
Al recibir a Jesucristo en la Eucaristía, nos convertimos en templos de la Santísima Trinidad, donde el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo nos hacen uno con ellos y de esta manera degustamos de manera anticipada la vida bienaventurada. La vida de Dios en nosotros. La vida del Reino. El amor de Dios continúa haciéndose presente en fidelidad para todos los que le deseen. Corramos pues al encuentro del Señor y saciémonos del Alimento que nos da la vida eterna.
Para revisar nuestra vida:
1ª. ¿Qué significa para mí la Eucaristía?
2ª. ¿Cómo me preparo para comulgar?
3ª. ¿Con qué frecuencia voy a visitar a Jesús en el Sagrario?
4ª. ¿Soy consciente de que al recibirle me convierto en Él?
5ª. ¿Recibo todos los días este Alimento que me da la Vida eterna?
Oremos juntos:
Se rezan tres Padre Nuestro y tres Ave María con Gloria al Padre con la siguiente jaculatoria
Santa Verónica Giuliani, Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.
Oremos:
Concédenos, señor, participar con fe del sacrificio eucarístico y de acercarnos con corazón puro a tu mesa para recibir el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, a fin de que crezca en nosotros la vida divina. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica, haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que Contigo vive y reina en Unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR SANTA
VERÓNICA GIULIANI
SEXTO DÍA
Verónica: Hija predilecta de la Virgen María 6-9
Por la señal de la Santa Cruz +
De nuestros enemigos +
Líbranos Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + Amén.
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.
Oración preparatoria:
Dios de Amor y Misericordia que en la pasión de tu Hijo Amado nos has manifestado los tesoros del reino por su muerte y resurrección concédenos a ejemplo de Santa Verónica, vivir de tal manera que anhelando los bienes eternos, nos esforcemos en la práctica generosa de la caridad, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Lectura bíblica: Lucas Juan 19,25-27
“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la herman de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre:
-Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Luego le dijo al discípulo:
-Ahí tienes a tu madre.
Desde entonces, ese discípulo la recibió en su cas”.
Para orar:
Señor nuestro Jesucristo rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,manifestación infinita de la misericordia del Padre, derrama sobre nosotros la Luz de tu Espíritu Santo para que podamos saber lo que te es grato, y cultivar así en nosotros la gracia de la santidad que Tú oh, Augusta Trinidad, has querido compartirnos.
Te pedimos por intercesión de Santa Verónica nos concedas el arrepentimiento de nuestros pecados, y la generosidad para darte a conocer a todos los que están cerca y lejos de Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Del Diario de Santa Verónica Giuliani:
"Me encontré en un lugar espacioso y bello, en el medio del cual había un bellísimo trono en el que estaba sentada la gran Madre de Dios. Ni su aspecto ni su belleza puedo explicar. Ella resplandecía más que el sol; de veras que el mismo sol parece tinieblas al compararlo con tal luz. Tenía una vestidura toda de oro, cubierta con bellísimas piedras preciosas, expertamente elaborada con las mismas; en cada brillante estaban grabadas estas palabras: Mater Amoris (Madre del AMOR). Ella tenía al Niño Jesús en brazos, el cual era tan juguetón y bello, que me robaba el corazón. De pronto comparecieron muchos santos y santas y multitudes de ángeles los cuales, con una dulcísima armonía, decían: Ven, Esposa de Cristo, recibe la corona que el Señor te ha preparado desde toda la eternidad. (VOL. III, p 309)
Mientras, mi confesor me entregó por maestra a la Bienaventurada Virgen y me decía el modo cómo debía portarme con dicha Maestra. En aquel acto me pareció comprender que la Bienaventurada Virgen ya me había aceptado por discípula. (VOL. II, 662).
Jesús ha renovado mis esponsales y me ha confirmado el nombre de VERÓNICA, añadiendo Verónica de Jesús y María." (Vol. II, 1284)."
Reflexión:
María, la Madre de Jesús y Madre de toda la humanidad es el modelo de vocación acabada. Ella desde el momento en que le dio el sí al Arcángel Gabriel se comprometió de manera libre y eficaz en la Historia de La Salvación. Allí, en ese momento fundamental de su vida se abría para la humanidad entera la gran oferta de la salvación. María asumió su vocación de Madre del Redentor desde la “salutación del Ángel” hasta permanecer al pié de la cruz. Por eso decimos que es un modelo de vocación acabada. La fortaleza de María acompaña siempre a toda la Iglesia y nos hace caminar por los caminos del Calvavio, de la Cruz para permanecer firmes hasta el momento de la consumación del Amor de Dios en nosotros. ¡Con cuánta belleza! ¡Con cuánta ternura! Se la manifiesta a Santa Verónica como la “Madre del Amor” ¡Claro, no podía ser de otra manera! “Dios es Amor” nos dice San Juan en su primera carta y el Amor se ha encarnado el el seno virginal de La Santísima Virgen María. Por eso es la “Madre del Amor”. La complacencia que Verónica encuentra en la Santísima Virgen María, proviene precisamente de sus desposorios con Jesucristo el Señor. El amor profesado por María a Verónica se verá reflejado en su cercanía y comunión en que la Virgen hace de Maestra y Verónica de discípula, a tal grado que le dictará su “Diario espiritual”, confirmándola así con el nombre de Verónica de Jesús y María .
Para revisar nuestra vida:
1ª. ¿Reconozco a María como Madre?
2ª. ¿Me dejo acompañar por María?
3ª. ¿Obedezco a La Madre del Redentor?
4ª. ¿Me encomiendo a ella y pido su intercesión?
5ª. ¿Hago mías y vivo en mí las virtudes de la Santísima Virgen María.?
Oremos juntos:
Se rezan tres Padre Nuestro y tres Ave María con Gloria al Padre con la siguiente jaculatoria
Santa Verónica Giuliani, Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.
Oremos:
Oh Augusta Trinidad, que has elegido a María como “Hija, Madre y Esposa” y le has dado a Santa Verónica como discípula e hija suya, concédenos abrirnos a la acción de tu Espíritu Santo para meditar la vida y virtud de nuestra Santísima Madre y permanecer fieles en nuestra vocación hasta el último instante de nuestra vida, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica, haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que Contigo vive y reina en Unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR SANTA
VERÓNICA GIULIANI
SÉPTIMO DÍA
Verónica: Hija e intercesora de la Iglesia 7-9
Por la señal de la Santa Cruz +
De nuestros enemigos +
Líbranos Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + Amén.
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.
Oración preparatoria:
Dios de Amor y Misericordia que en la pasión de tu Hijo Amado nos has manifestado los tesoros del reino por su muerte y resurrección concédenos a ejemplo de Santa Verónica, vivir de tal manera que anhelando los bienes eternos, nos esforcemos en la práctica generosa de la caridad, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Lectura bíblica: Juan 10,7-16
"Jesús volvió a decirles: Esto les aseguro: Yo soy la puerta por donde pasan las ovejas. Todos los que vinieron antes de mi, fueron unos ladrones y bandidos; pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que por mí entre, será salvo. Será como una oveja que entra y sale y encuentra pastos. El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; pero el que trabaja solamente por la paga, cuando ve venir al lobo deja las ovejas y huye, porque no es el pastor y porque las ovejas no son suyas. Y el lobo ataca a las ovejas y las dispersa en todas direcciones. Ese hombre huye porque lo único que le importa es la paga, y no las ovejas.
Yo soy el buen pastor. Así como mi Padre me conoce a mí y yo conozco a mi Padre, así también yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; y también a ellas debo traerlas. Ellas me obedecerán, y habrá un solo rebaño y un solo pastor”.
Para orar:
Señor nuestro Jesucristo rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,manifestación infinita de la misericordia del Padre, derrama sobre nosotros la Luz de tu Espíritu Santo para que podamos saber lo que te es grato, y cultivar así en nosotros la gracia de la santidad que Tú oh, Augusta Trinidad, has querido compartirnos.
Te pedimos por intercesión de Santa Verónica nos concedas el arrepentimiento de nuestros pecados, y la generosidad para darte a conocer a todos los que están cerca y lejos de Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Del Diario de Santa Verónica Giuliani:
[Yo decía]: Esposo de mi alma, por medio de Vuestra Santísima Pasión, yo tepido la gracia de la conversión de los pecadores. El Señor me dijo: ¡Oh, si tusupieras cuantos son! ¡Son cantidad innumerable! Por doquier no veo más quepecadores y pecadoras; cometen tan grandes pecados, que más bien les debomandar un castigo que el perdón.
Se han convertido en bestias salvajes. No piensan ni en Mí, ni en su propia alma. En esto se comunicaba íntimamente con mi alma, y me hacía comprender que su amor no desea otra cosa que derramarse en las almas, ya por medio de inspiraciones, ya por medio de contrición, o por medio de locuciones y enseñanzas internas que Él les da; pero pocas o ninguna desean servirle.
Se me dirige y me pregunta ¿Y tú, qué quieres hacer? -- Oh, Señor, yo, si pudiese, desearía amaros por mí y por todos aquellos que no os aman.
Esto deseo, me dijo el Señor, y de súbito desapareció. Yo recobré mis sentidos, pero estaba como fuera de mí, atónita de tantas gracias. No podía ni decir: Señor, os ofrezco vuestras santas llagas. Que ellas hablen por mí, y os doy gracias por todo lo que has concedido a esta alma.
Yo no podía hablar por el dolor que sentía por las ofensas cometidas contra Dios. Suspiraba, lloraba y decía: Dios mío, os he ofendido. Estas palabras aumentaban mi pena, y con los brazos abiertos, yo andaba diciendo: ¡Señor, piedad, perdón!" (VOL. I, 898)."
Reflexión:
La vida bienaventurada que nuestro buen Padre Dios nos ofrece no ha cerrado jamás la puertas del libre albedríao. ¡Qué fácil ubiera sido que Dios nos capacitara solamente para amarle y para amar a nuestros hermanos, libres de todo egoísmo! ¡No fue así! La gracia del amor no cerró las puertas de nuestro egoísmo ni de nuestro pecado. Dotandonos Dios de inteligencia, libertad y voluntad, no capacitó para responder libremente a sus inspiraciones y corresponder al Amor que nos ofrece. Sin embargo, el Ser humano ha optado por la vía de la separación de Dios, la conversión ya no es una prioridad en su vida y hasta suele pensar o bien, que la salvación y por ende la condenación son un cuento, o que Dios tiene la obligación de salvarnos puesto que Él nos dio la vida.
En definitiva es necesaria la conversión. El cambio de mentalidad para que podamos llegar a los más profundo del corazón y buscar allí, entre lo más profundo de nuestro ser las ansias de eternidad y vida bienaventurada a la que todos, y muchas veces sin darnos cuenta aspiramos.
No otra vía, no hay otro camino que entrar por la Puerta, entrar por Jesús. Pero no podemos entrar cargados con nuestro egoísmo y nuestro pecado, al menos que no sea para que Dios mismo los extirpe y los arranque de nosotros. Ojalá que nuestra mente y nuestro corazón estén cada día más llenos de Dios.
Para revisar nuestra vida:
1ª. ¿Cómo descubro mi ser hijo e hija De la Iglesia?
2ª. ¿Me descubro hermano, hermana de los demás?
3ª. ¿Intercedo constantemente por las necesidades de mis hermanos?
4ª. ¿Me dejo pastorear por el Buen Pastor?
5ª. ¿Me convierto en pastor que cuida a mis hermanos?
Oremos juntos:
Se rezan tres Padre Nuestro y tres Ave María con Gloria al Padre con la siguiente jaculatoria
Santa Verónica Giuliani, Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.
Oremos:
Señor Dios nuestro, que en tu Hijo Jesucristo, Salvador de la humanidad, y por medio de tu Espíritu Santo hces crecer a tu Iglesia con frutos nuevos de santidad y con nuevos hijos, ya que te has dignado escoger a Sta. Verónica para participar de Tu Sacrificio Redentor; concédenos ser miembros vivos de tu Cuerpo para la salvación de toda la humanidad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica, haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que Contigo vive y reina en Unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR SANTA
VERÓNICA GIULIANI
OCTAVO DÍA
Verónica: Santificada en la humilde obediencia 8-9
Por la señal de la Santa Cruz +
De nuestros enemigos +
Líbranos Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + Amén.
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.
Oración preparatoria:
Dios de Amor y Misericordia que en la pasión de tu Hijo Amado nos has manifestado los tesoros del reino por su muerte y resurrección concédenos a ejemplo de Santa Verónica, vivir de tal manera que anhelando los bienes eternos, nos esforcemos en la práctica generosa de la caridad, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Lectura bíblica: MATEO 20,20-28
"La madre de los hijos de Zebedeo, junto con sus hijos, se acercó a Jesús y se arrodilló delante de él para pedirle un favor. Jesús le preguntó:
--¿Qué quieres?
Ella le dijo:
--Manda que en tu reino uno de mis hijos se siente a tu derecha y el otro a tu izquierda.
Jesús contestó:
--Ustedes no saben lo que piden. ¿Acaso pueden beber el cáliz que voy a beber yo?
Ellos dijeron:
--Podemos.
Jesús les respondió:
--Ustedes beberán este cáliz, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí darlo, sino que se les dará a aquellos para quienes mi Padre lo ha preparado. Cuando los otros diez discípulos oyeron esto, se enojaron con los dos hermanos. Pero Jesús los llamó, y les dijo:
--Como ustedes saben, entre los paganos, los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos.
Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que entre ustedes quiera ser grande, deberá ser su esclavo. Porque, del mismo modo, el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir, y para dar su vida como precio por la salvación de muchos.”
Para orar:
Señor nuestro Jesucristo rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,manifestación infinita de la misericordia del Padre, derrama sobre nosotros la Luz de tu Espíritu Santo para que podamos saber lo que te es grato, y cultivar así en nosotros la gracia de la santidad que Tú oh, Augusta Trinidad, has querido compartirnos.
Te pedimos por intercesión de Santa Verónica nos concedas el arrepentimiento de nuestros pecados, y la generosidad para darte a conocer a todos los que están cerca y lejos de Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Del Diario de Santa Verónica Giuliani:
"Esta mañana, durante la comunión espiritual, parece que tuve el éxtasis en el cual el Señor me comunicó íntimamente sobre el anonadamiento de mi misma; y cómo me puede ayudar a superarme del todo en mi obrar. Aquí está la luz de mi impotencia; y, en esta comunicación, Dios me ha hecho conocer que, por medio del anonadamiento y del conocimiento propio, se encuentra la santa humildad, la cual es la raíz de todas las virtudes. Pero para que el árbol florezca y produzca fruto necesita esta clase de ayuda: el anonadamiento, el desprecio, el despojamiento, la mortificación continua y la abnegación total son imprescindibles en las cosas espirituales.
Todas estas cosas nosotros queremos para acompañar la santa humildad; y ella es la guía de todo, pero no se puede practicar, si uno no está totalmente de acuerdo con la divina voluntad. Un poquito de gusto propio tumba a tierra los cimientos y todo el edificio. (VOL. 1, 762 s.)
Me vino una gran luz sobre el punto de la obediencia y, al mismo tiempo, probé algo que no había probado antes. Me parecía sentir romper y levantarse de mí aquella obstinación que para mí era imposible poder vencer. De aquí aprendí cuán gran bien es obedecer; me parecía que todo los males vienen y tienen su origen en hacer nuestra propia voluntad; y que, cuando obedecemos con prontitud, con generosidad y por puro amor de Dios todas las cosas salen bien. ¡Oh, santa obediencia, qué gran bien eres para las almas fieles!" (VOL.
II, 529).
Reflexión:
Cristo Jesús se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz (cf. Flp 2,8ss) de tal manera que el modelo de obediencia es solamente Él. Jesús, el Hijo de Dios nos enseñó la importancia de saber obedecer con prontitud y hacer humildemente la Voluntad de Dios. Pero para ello, es necesario abrir nuestra mente y nuestro corazón al Espíritu de Dios para que vaya haciendo su obra de salvación en nosotros.
En un mundo permeado por el egoísmo, las ínfulas de grandeza y de poder, nuevamente sale a nuestro encuentro el valor de la humildad, de la sencillez y de la obediencia. Aspectos todos que cada cristiano ha practicar no desde las propias fuerzas, sino desde la apertura a la gracia de Dios que viene a nuestro encuentro como un don gratuito de parte del Padre de las misercordias.
Así, renunciando a nuestra voluntad egoísta nos vamos transformado en creaturas nuevas, capaces de morir a nosotros mismos para permitir que sea Cristo Jesús el qe viva en nosotros.
La obediencia humilde y la humildad en la obediencia, hacen del cristiano un alma grata a Dios y al mismo tiempo se convierte en testigo y testimonio de la grandeza de Dios que no radica sólo en su omnipotencia, sino en la capacidad de anonadarse, de empequeñecerse, de hacerse en todo semejante a nosotros, menos en el pecado.
Para revisar nuestra vida:
1ª. ¿Qué significa para mí la humildad?
2ª. ¿Cómo practico la obediencia?
3ª. ¿Soy capaz de obedecer con prontitud?
4ª. ¿Me presento humilde ante los demás?
5ª. ¿Me gusta obedecer o mandar?
Oremos juntos:
Se rezan tres Padre Nuestro y tres Ave María con Gloria al Padre con la siguiente jaculatoria
Santa Verónica Giuliani, Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.
Oremos:
Señor Jesús, que has dicho: "y el que entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser su siervo." (Mt. 20,27), concédenos reconocer que todo bien procede de Tí, y que en tu Reino de Amor "servir es reinar". Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica, haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que Contigo vive y reina en Unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
NUEVE DÍAS ACOMPAÑADOS POR
SANTA VERÓNICA GIULIANI
NOVENO DÍA
Verónica: La Consumación del alma enamorada 9-9
Por la señal de la Santa Cruz +
De nuestros enemigos +
Líbranos Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + Amén.
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa Señor, pésame en el alma y en todo mi corazón el haberte ofendido. Yo creo y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las ocasiones, de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta por mis pecados. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Así como te suplico, así confío en tu misericordia infinita que me perdonarás y me darás luz y gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el último instante y fin de mi vida amén.
Oración preparatoria:
Dios de Amor y Misericordia que en la pasión de tu Hijo Amado nos has manifestado los tesoros del reino por su muerte y resurrección concédenos a ejemplo de Santa Verónica, vivir de tal manera que anhelando los bienes eternos, nos esforcemos en la práctica generosa de la caridad, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Lectura bíblica: Juan 14,21-24
"El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que de veras me ama. Y mi Padre amará al que me ama; y yo también lo amaré y me mostraré a el.
Judas (no el Iscariote) le preguntó:
--Señor, ¿por qué vas a mostrarte a nosotros y no a la gente del mundo?
Jesús le contestó:
--El que me ama, hace caso de mi palabra; y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con el. El que no me ama, no hace caso de mis palabras.
Las palabras que ustedes están escuchando no son mías, sino del Padre, que me ha enviado.”
Para orar:
Señor nuestro Jesucristo rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,manifestación infinita de la misericordia del Padre, derrama sobre nosotros la Luz de tu Espíritu Santo para que podamos saber lo que te es grato, y cultivar así en nosotros la gracia de la santidad que Tú oh, Augusta Trinidad, has querido compartirnos.
Te pedimos por intercesión de Santa Verónica nos concedas el arrepentimiento de nuestros pecados, y la generosidad para darte a conocer a todos los que están cerca y lejos de Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Del Diario de Santa Verónica Giuliani:
"El Señor me hace entender que concede más de su amor a quien de veras le ama y se somete completamente a su disposición; porque El Amor aumenta con el amor. Así es con el alma que ama. El Amor se comunica con ella, y una vez comunicado, de pronto empieza a obrar; y de este modo, todo lo que dicha alma hace, no lo hace ella, sino el Amor que está en ella. Ahora el Divino Amor se aposenta dentro del alma y se hace sentir. Luego ella no encuentra ningún reposo, y siente ansias de ser más amorosa. A veces con gritos, a veces en silencio, ella piensa constantemente con el Amor.
El Amor habla, y en el mismo hablar se hace sentir en el alma. En otra instancia guarda silencio y hace que ella lo sienta, lo pruebe y comprenda de algún modo. Pero ella de esto no puede decir ni palabra, porque El es infinito, incomprensible, inmenso; y cuanto menos se habla, más se dice de El. En pocas palabras, nadie puede narrar Su grandeza y nadie lo puede comprender.
Y todo esto el Amor hace entender a la misma alma, y al mismo tiempo, ella está toda absorta y fuera de sí, pero toda unida a este Amor. (VOL. II, 121 s).
Me ha hecho conocer que la verdadera caridad consiste en hacer todas las obras con anonadamiento y sin interés alguno, ni hacia las criaturas, ni para con Dios. Y para que toda acción tenga como fin la gloria de Dios, se debe tener primeramente la pura y recta intención de hacerla sólo por amor y con amor. La caridad sin amor de Dios es como una cosa muerta. El amor es lo que le da valor y le da vida. Me ha hecho conocer del mismo modo que así son todas las otras virtudes. Sin la vitalidad de este amor puro, todo está muerto, y son como si no fueran. Sobre este punto me ha hecho entender que, como he sido introducida en la escuela de su Amor, ahora conoceré bien todas estas cosas." (VOL. II, 31).
Reflexión:
La certeza plena y absoluta de que Dios nos ha amado primero conduce al alma enamorada a dejarse amar para luego compartir ese amor. Un amor que nos hace capaces de ser morada de Dios.
No se trata de un amor pasajero, efimero, transitorio, volatil, sino de aquel Amor que nos llena de alegría, de esperanza y de rogocijo el corazón, aún en medio de los tormentos de la vida.
Cuando el Amor alla cabida en la persona entonces hace de ella su aposento, su templo, su tabernáculo. El Señor constantemente dá más de su amor a quien más le ama.
Llena el alma de su Amor y luego le hace entender que es necesario amar, y nada más que amar. Solamente el Amor va recreando en el alma enamorada su presencia divina nacida de una relación tan íntima y profunda que cuando se toma conciencia de ello es porque ya el alma está arrobada toda ella en el mismo ser de Dios.
Este amor no nos exime de la caridad ni del bien que hemos de prodigar a nuestros hermanos, sino todo lo contrario, nos capacita para poder llevar a cabo la obra de salvación en nosotros y en todos los que nos rodean.
Se trata de un Amor que abrasa el corazón, a tal grado que es imposible exitiguirlo, parece consumirlo pero no termina por consumirlo es el Amor siempre presente en el corazón que ama y que llama e invita a amar cada día más.
Para revisar nuestra vida:
1ª. ¿Qué entiedo por amor?
2ª. ¿He sentido abrasar mi corazon sin consumirse?
3ª. ¿Me dejo amar por Dios?
4ª. ¿Comparto el Amor de Dios a mis hermanos?
5ª. ¿Pido la gracia de mar a Dios sobre todas las cosas?
Oremos juntos:
Se rezan tres Padre Nuestro y tres Ave María con Gloria al Padre con la siguiente jaculatoria
Santa Verónica Giuliani, Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.
Oremos:
Oh Dios, que en Amor a Ti y a los hermanos has resumido toda la Ley y los Profetas, concedenos la gracia de amarte sobre todas las cosas y a amar a nuestro prójimo como a nsotros mismos. Te lo pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica, haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que Contigo vive y reina en Unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario