Ofrece a Dios todo cuanto acontece en tu vida
6
de noviembre
Ponte con frecuencia en la presencia de Dios y ofrécele
todas tus acciones, no sólo tus sufrimientos. No me opongo a que, en los
sufrimientos, te abstengas de lamentarte; pero desearía que lo hicieras con el
Señor, con espíritu filial, como lo haría un tierno niño con su madre; y, con
tal de que se haga amorosamente, no está mal lamentarse ni pedir ser liberado
de los sufrimientos. Hazlo con amor y con resignación en los brazos de la
voluntad de Dios. No te inquietes si no consigues hacer los actos de virtud como
querrías; porque, como te he dicho, no dejan de ser buenos y gratos a la divina
Majestad aunque estén realizados, sin tu culpa, fríamente, pesadamente y casi a
la fuerza.
(3 de junio de 1917, a una destinataria
desconocida – Ep. III, p. 918)
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