Viva Dios en lo más alto del Cielo!
9
de noviembre
Es una crisis terrible la que atravieso, e ignoro lo que
me está reservado. La crisis que atravieso es más espiritual que corporal, pero
no es menos cierto que todo el físico siente y participa de manera
extraordinaria de todos los sufrimientos de aquél, y que tanto uno como otro se
unen para hacer que me marchite en el dolor.
¡Ay de mí!, ¿quién me salvará de esta cárcel tenebrosa?,
¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Pero, ¡viva Dios en lo más alto de
los cielos! Él es mi fortaleza, él es la salvación de mi alma, él es mi porción
de eternidad. En él espero, en él confío y no temeré mal alguno.
(14 de julio de 1915, a Raffaelina Cerase –
Ep. II, p. 462)
Comentarios
Publicar un comentario