Amor que consume
23
de agosto
El viernes pasado me encontraba en la iglesia en la
acción de gracias después de la misa, cuando de repente me sentí herir el
corazón por un dardo de fuego tan vivo y ardiente que creí morir. Me faltan las
palabras adecuadas para hacerle comprender la intensidad de aquella llama; soy
absolutamente incapaz de poderme expresar. ¿Lo cree? El alma, víctima de estos
consuelos, se vuelve muda. Me parecía que una fuerza invisible me sumergía
totalmente en el fuego. Dios mío, ¡qué fuego! ¡Qué dulzura!
De estos transportes de amor he sentido muchos, y por
diverso tiempo he quedado fuera de este mundo. Las otras veces había fuego,
pero era menos intenso; esta vez, en cambio, un instante, un segundo más, y mi
alma se habría separado del cuerpo… se habría marchado con Jesús.
¡Oh, qué hermoso es convertirse en víctima de
amor!
(26 de agosto de 1912, al P. Agustín de San
Marco in Lamis – Ep. I, p. 299)
Quién podrá comprender el amor que abrasa, que calcina, pero que no consume. La llama intensa de la presencia de Dios en el corazón de su amado, hace consciente de la limitación de sí mismo, y de la gran abundancia de la Misericordia de Dios. Dios nos sumerge totalmente en el fuego, para acrisolarnos y hacernos cada vez más acordes a Él.. Dios en Jesucristo se posesiona del corazón que pareciera que lo arranca de lo más profundo del ser para llevarlo consigo. ¡Oh mi Dios que grande eres!
¡O Señor ayúdame a ser las cosas de esta vida santame.Para en algo imitar a estas personas santas enviadas del cielo ..Amém. ..Milton Ramos. ..
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