El desaliento no proviene de Dios.
26
de agosto
La imaginación y el demonio querrían hacerte creer que
ofendes continuamente a Dios y que te resistes siempre o casi siempre a las
llamadas divinas. La gracia vigilante del Padre del cielo te tiene muy lejos de
caer en semejante infidelidad. Convéncete de esto que te digo. Te garantizo que
tales sentimientos no provienen sino de la imaginación y del demonio. Cuídate
de darles importancia; ellos no miran a otra cosa que a enfriar en ti los
sentimientos de afecto hacia el Esposo celestial, a conseguir que te dé
fastidio la perfección cristiana porque la experimentas como difícil e
imposible, y, lo que es peor, intentan de forma más directa anular y apagar
cualquier sentimiento de devoción en tu corazón.
(15 de agosto de 1914, a Raffaelina Cerase –
Ep. II, p. 153)
Es necesario estar más atentos a las mociones del Espíritu Santo sin perder de vista la realidad circundante, pero dicha realidad ha de estar siempre vista desde la mirada de Dios, para que de alguna manera puedas contribuir al bien que nunca debes de dejar de hacer, y evitar lo malo, lo engañoso, lo efímero. El desaliento no proviene de Dios. Tampoco la confusión, porque Dios te ha dotado del Espíritu de discernimiento y de fortaleza para enfrentar diariamente las vicisitudes de la vida. No permitas pues, bajo ninguna circunstancia, la distracción que es la forma de cómo el demonio se va inmiscuyendo en tu propia vida y en tu corazón. Antes bien se siempre diligente y precavida, ocupándote oportunamente de tus labores diarias, ofreciendo siempre y en todo al buen Padre Dios todo lo que de palabra o de obra realices, para que así puedas estar siempre llena del Espíritu Santo e inflamada en el Amor Divino. Nunca pierdas de vista el espíritu de oración y de devoción, antes bien, anhela en tu corazón estar siempre a los pies de Jesús en la Eucaristía, haciendo de tu vida y de tu corazón un tabernáculo donde Dios pueda morar, para que puedas así alimentarte de las delicias de su misericordia, pero sobre todo para que puedas adorarle, alabarle y darle gloria al que te ha amado primero.
Pueb. 26 de agosto de 2019
Comentarios
Publicar un comentario