Corre veloz, se fiel y Dios te premiara
1 de julio
En la lucha está la corona; y cuanto más combate el alma, más se multiplican los premios. Y sabiendo que, a cada victoria que se alcanza corresponde un grado de gloria eterna, ¿cómo no alegrarnos, mi queridísima hija, al vernos entregados a alcanzar muchos a lo largo de la vida? Que te consuele este pensamiento, y que te estimule también el ejemplo de nuestro divino Maestro, «tentado como nosotros de muchos modos, pero sin caer en el pecado»; y tentado hasta no poder más y exclamar: «Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?».
En adelante, no hagas caso y no creas lo que sugiere el enemigo: que Dios te ha rechazado, o bien que Dios, por alguna infidelidad que desconoces, te sanciona y te quiere castigar hasta que la quites de tu alma, porque en absoluto es esto verdad, ya que, cuando el alma llora y teme ofender a Dios, no le ofende y está muy lejos de hacerlo.
(17 de mayo de 1918, a Margarita Tresca – Ep. III, p. 181)
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