Mi yugo es suave y mi carga ligera


22 de julio

Jesús te conceda escuchar cada vez más en tu corazón, al igual que a todas las almas que lo aman con sinceridad y pureza de corazón, su invitación tres veces amorosísima: «Mi yugo es suave y mi carga ligera». Esta dulcísima invitación del divino Maestro te consuele en tu nueva prueba, o, mejor, en ese crecimiento de los favores divinos en ti. Y se puede decir muy bien que este nuevo estado tuyo es un favor singularísimo del Señor, favor que el Señor no suele otorgar sino a aquellas almas fuertes, que su misericordia las hace más gratas a él.

Alégrate, por tanto, también tú conmigo por tan insigne bondad de nuestro buen Dios. ¡Oh!, Raffaelina, qué dulce y estimulante es para un alma saberse, sin mérito propio, elevada por este dulcísimo Padre nuestro a tanta dignidad. ¡Oh!, abre tu corazón a este Padre, el más amoroso de todos los padres, y déjale obrar libremente. No seamos avaros con quien nos enriquece en demasía y cuya liberalidad no pone nunca fronteras, ni conoce metas, ni pone límites.

 (4 de marzo de 1915, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 368)

Comentarios

Entradas populares de este blog

NOVENA COMPLETA A SANTA CLARA DE ASÍS.

TRIDUO EN HONOR A SAN FRANCISCO: Primer día

Lectio Divina Sábado Tercero de Adviento B. Retoño de Jesé, que brotaste como señal para los pueblos, ven a libramos y no te tardes.