Corresponder siempre generosamente a vuestra vocación
13
de febrero
Proponeos, mis queridísimos hijitos, corresponder
siempre generosamente a vuestra vocación, haciéndoos dignos de Jesús,
semejantes a él en las perfecciones adorables ya indicadas en la sagrada
escritura y en el santo evangelio y ya aprendidas por vosotros. Pero, hijitos
míos, para que se dé la imitación, es necesaria la diaria meditación y
reflexión sobre su vida; de la meditación y de la reflexión brota la estima de
sus actos; y de la estima, el deseo y la fuerza de la imitación.
Si, hijitos, imitad a Jesús en la obediencia pronta y
sin discusiones; imitad a Jesús en la paciencia, porque con la paciencia
poseeréis vuestras almas; imitad a Jesús en la humildad, tanto interna como
externa; pero más interna que externa, más sentida que mostrada, más profunda
que visible.
(7
de enero de 1919, a los novicios – Ep IV, p. 380)
La vocación, en cualquiera de sus expresiones es el regalo más grande que el Señor le puede hacer a cada uno de sus hijos. De manera particular lo es la vocación a la Vida Consagrada, ya que en ella se manifiesta la absoluta dependencia y sumisión a Dios, y al mismo tiempo la plena libertad de la persona para corresponder a tan magnífico don. Si bien es cierto que la vocación al matrimonio ha de manifestar la obediencia a la persona que se ha elegido para toda la vida y dicha obediencia cobra valor en la manifestación del amor puro y genuino que son los hijos como fruto del amor fiel que se ha de profesar en el matrimonio, también es cierto que la obediencia a Dios en la Vida Consagrada o en el Sacerdocio, se manifiesta en la obediencia a La Santa Madre Iglesia y a su Magisterio, lo mismo que a las personas que nos ha sido confiadas. El resultado de dicha obediencia es la vivencia plena y alegre de la consagración a Dios, y al mismo tiempo los frutos del apostolado. Por lo tanto, es necesario contemplar siempre a Jesucristo que se "hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz", y sea cual fuere la vocación a la Dios nos ha llamado correspondamos siempre y prontamente a las mociones de Espíritu santo para hacer siempre y en todo la voluntad de Dios.
Paz y Bien
Fray Pablo Jaramillo, OFMCap.
Puebla de Los Ángeles, 13 de febrero de 2020.
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