No temas, llegará la Eterna Primavera
18 de enero
Hijita mía, no temas las tempestades del duro invierno, porque, en la medida en que éste sea más duro, la primavera será más rica en flores y la cosecha más abundante. Cualquier cosa que diga o haga el tentador, Dios va obteniendo en ti su admirable objetivo, que es el de completar tu transfiguración en él. No prestes atención, mi queridísima hijita, a los susurros y a las sombras adversas del enemigo; y cree la verdad que encierra esta afirmación, que hago con plena autoridad de director tuyo y con plena seguridad de conciencia. Temer perderte entre los brazos de la bondad divina, llama más la atención que el temor del niño estrechado entre los brazos maternos. Aleja cualquier duda o preocupación, que, por lo demás, son permitidas por la caridad divina con el mismo fin antes indicado.
Los movimientos de diástole y sístole que sientes en el corazón, nacen del amor que rechaza y del amor que atrae. Por tanto, vive tranquila, y extiende tu alma ante el sol eterno, y no temas sus rayos ardientes y abrasadores. Extiende, digo, tu alma, hijita queridísima de mi corazón, ante este sol de eterna belleza, si anhelas que se abra el capullo para dejar salir de él la hermosísima mariposa.
(21 de mayo de 1918, a Antonieta Vona – Ep. III, p. 857)
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