Tú eres Sacerdote para siempre.


Hermano: Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo, salió al encuentro de Abraham, cuando éste volvía de derrotar a los reyes, y lo bendijo. Abraham le dio entonces la décima parte de todo el botín.

El nombre de Melquisedec, significa Rey de Justicoa y el título rey de Salem, significa Rey de Paz. No se mencionan ni su padre ni su madre, y aparece sin antepasados. Tampoco se encuentra el principio ni el fin de su vida. Es la figura del Hijo de Dios, y como él, permanece sacerdote para siempre.

En efecto, como Melquisedec, Jesucristo ha sido constituido sacerdote, en virtud de su propia vida indestructible y no por la ley, que señalaba que los sacerdotes fueran de la tribu de Leví. La palabra misma de Dios lo atestigua, cuando dice: Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec.(Hebreos 7,1-3. 15-17)

Querid@s Hij@s y Herman@s: Paz y Bien

Hoy siguiendo con nuestra reflexión en torno a la Carta a los Hebreos, podemos constatar algo muy importante: el sacerdocio real y eterno de Jesucristo, anunciado en la figura de Melquisedec. Las características del sacerdocio de Melquisedec, tipo del de Jesús. Son: “Rey de Salem” = (de la raíz de “Shalom”) que quiere decir: “Paz”, y sacerdote del Dios verdadero, “Rey de justicia”. Estamos ante la autoridad de la Palabra de Dios que siempre realiza lo que significa y por lo tanto siempre tiene su cumplimiento. Así pues el sentido del sacerdocio de Melquisedec y de Jesucristo se fundamentan en lo que el salmista va a dar a conocer: “Tú eres Sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec”(Sal 109,4).

Así pues la carta continúa con su discurso sobre el sacerdocio de Cristo y nos presenta la relación que existe entre la “figura” de Melquisedec “Rey de justicia”. Llegados a este punto es necesario tener en cuenta la simbiosis que existe en la Biblia entre el nombre y el ser de una persona. Así podemos argumentar que la justicia es parte intrínseca, esencial al sacerdocio de Cristo. Aquí es necesario recordar que si tú y yo somos verdaderos cristianos, es decir seguidores de Jesucristo hemos de vivir como Él vivió, por lo tanto hemos de ser personas justas porque somos cristianos. Descubrimos así que existe un nexo entre el culto cristiano y la justicia. No podemos decir que somos cristianos si no somos plenamente fieles a Dios. Pero tampoco podemos decir que somos cristianos si no practicamos la justicia con los que nos rodean.

Paz y Bien

Fort Worth Texas 19 de enero de 2011.

Fray Pablo Capuchino Misionero.

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