Vigilante, Mantente Vigilante!
10 de abril
Mantente vigilante y no te abandones nunca presuntuosamente a ti misma ni confíes demasiado en ti; procura avanzar cada vez más por el camino de la perfección y progresa siempre en la caridad, que es el vínculo de la perfección cristiana; abandónate en brazos de Dios Padre con confianza filial y ensancha tu corazón a los dones del Espíritu Santo, que espera una señal tuya para enriquecerte con ellos.
Sí, obremos el bien; ahora es el tiempo de la siembra; si queremos recolectar mucho es necesario, no tanto sembrar mucho, sino sobre todo esparcir la semilla en terreno bueno. Nosotros ya hemos sembrado mucho, pero para nosotros es muy poca cosa si queremos alegrarnos en el tiempo de la cosecha. Esparzamos, esparzamos aún, querida mía, la otra semilla; y que por esto nada nos entristezca. Procuremos que esta semilla caiga en campo bueno, y, cuando el calor llegue a abrir esta semilla y haga de ella una planta, estemos vigilantes y cuidemos mucho que la cizaña no la sofoque.
(10 de diciembre de 1914, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 257)
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