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Mostrando entradas de 2014

VIRTUDES CARACTERÍSTICAS DEL CRISTIANO

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  13 de noviembre Ten siempre ante los ojos de la mente, como prototipo y modelo, la modestia del divino Maestro; modestia de Jesucristo que el apóstol, en palabras a los Corintios, coloca al mismo nivel que la mansedumbre, que fue una de sus virtudes más queridas y casi su virtud característica: « Yo, Pablo, os exhorto por la mansedumbre y por la modestia de Cristo »; y, a la luz de un modelo tan perfecto, reforma todas tus actuaciones externas, que son el espejo fiel que manifiesta las inclinaciones de tu interior. No olvides nunca, oh Anita, a este divino modelo; imagínate que contemplas cierta amable majestad en su presencia; cierta grata autoridad en su hablar; cierta agradable compostura en su andar, en su mirar, en su hablar, en su dialogar; cierta dulce serenidad en el rostro; imagínate el semblante de aquel rostro tan sereno y tan dulce con el que atraía hacia sí las multitudes, las sacaba de las ciudades y de los poblados, llevándolas a los montes, a los bosques

El fin último de mi vida...

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12 de noviembre Para llegar a alcanzar nuestro fin último es necesario seguir al jefe divino, que no suele conducir al alma elegida por camino distinto al que él recorrió; por el de, lo digo, la abnegación y la cruz: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame» . ¿Y no debes llamarte afortunada al verte así tratada por Jesús? Necio quien no sabe penetrar en el secreto de la cruz. Para llegar al puerto de la salvación, nos dice el Espíritu Santo, las almas de los elegidos deben pasar y purificarse en el fuego de las dolorosas humillaciones, como el oro y la plata en el crisol, y de esa forma se ahorran las expiaciones de la otra vida: «En el sufrimiento mantente firme, y en los reveses de tu humillación sé paciente. Porque en el fuego se purifica el oro y la plata; y los hombres aceptos a Dios, en el camino de la humillación» . Jesús quiere hacernos santos a toda costa, pero más que nada quiere santificarte a ti. Él te lo está ma

No temas yo soy tu protector

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4 de noviembre Procurad, hijas, sin ansiedad orgullosa, el modo mejor de llevar a cabo con perfección lo que tenéis y queréis hacer; pero, una vez realizado, no penséis más en ello, sino preocupaos únicamente de lo que debéis o queréis hacer y de lo que estáis haciendo. Caminad con sencillez por las sendas del Señor y no atormentéis vuestro espíritu. Es necesario, sí, que odiéis vuestros defectos, pero con un odio tranquilo y no ya con un odio molesto e inquieto. Hay que tener paciencia ante los defectos y sacar provecho de ellos mediante una santa resignación. Sin esta paciencia, mis buenas hijas, vuestras imperfecciones, en vez de disminuir, crecerán cada vez más, ya que no hay nada que alimente tanto nuestros defectos como la inquietud y la preocupación por alejarlos. Recordad, hijas, que soy enemigo de los deseos inútiles, no menos de lo que lo soy de los deseos peligrosos y malos; porque, si es cierto que lo que se desea es bueno, sin embargo ese deseo es siempre

Los sentidos se suspenden ante su presencia.

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21 de octubre El modo ordinario de mi oración es éste. Apenas me pongo a orar, enseguida siento que el alma comienza a recogerse en una paz y en una tranquilidad que no se puede expresar con palabras. Los sentidos quedan en suspenso, a excepción del oído, que algunas veces permanece activo; pero de ordinario no me molesta; y debo confesar que, aunque a mi alrededor se hiciera muchísimo ruido, no por eso me molesta en lo más mínimo. De esto deducirá que son pocas las ocasiones en las que consigo discurrir con el entendimiento. Y me sucede con frecuencia que, en momentos en los que el continuo pensamiento de Dios, siempre presente en mí, se aleja un poco de la mente, siento entonces que el Señor, de cuando en cuando, me golpea en el centro de mi alma de un modo tan penetrante y suave que, casi siempre, no puedo menos de llorar de dolor por mi infidelidad y por la ternura de tener un padre tan bueno y tan atento para volverme a llamar a su presencia.   (1 de novi

Nunca podré resignarme a estar separado de Ti

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16 de octubre Todos los sufrimientos de esta tierra, juntos en un haz, yo los acepto, Dios mío, los deseo como mi porción; pero nunca podré resignarme a estar separado de ti por falta de amor. ¡Ah!, por piedad, no permitas que esta pobre alma ande extraviada; no consientas nunca que mi esperanza se vea frustrada. Haz que nunca me separe de ti; y, si lo estoy en este momento sin ser consciente de ello, atráeme en este mismo instante. Conforta mi entendimiento, oh Dios mío, para que me conozca bien a mí mismo y conozca el gran amor que me has demostrado, y pueda gozar eternamente de las bellezas soberanas de tu divino rostro. No suceda nunca, amado Jesús, que yo pierda el precioso tesoro que eres tú para mí. Mi Señor y mi Dios, muy viva está en mi alma aquella inefable dulzura que brota de tus ojos, y con la que tú, mi bien, te dignaste mirar con ojos de amor a esta alma pobre y mezquina. ¿Cómo se podrá mitigar el desgarro de mi corazón, sabiéndome lejos de ti? ¡Mi alma conoce muy bie

Dios es siempre fiel y sale a nuestro encuentro aún en el dolor.

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15 de octubre Usted me dice que la venerable sor Teresa del Niño Jesús solía decir: «¡Yo no quiero elegir ni la muerte ni la vida; haga Jesús de mí lo que él quiera! ». Por desgracia, veo con toda claridad que éste es el retrato de todas las almas vacías de sí y llenas de Dios. Pero ¡qué lejos está mi alma de un despojo como éste! No consigo frenar los ímpetus del corazón; sin embargo, padre, me esfuerzo por acercarme a lo que decía la venerable sor Teresa, que, por otra parte, debe ser el dicho de todas las almas inflamadas del amor de Dios. Pero, siendo sincero, debo confesar que no lo consigo, ya que debo permanecer prisionero en un cuerpo de muerte. Constato, lo digo, que en mí no hay amor a Dios porque, si lo hubiera, siendo el mismo el espíritu que vivifica, el efecto debería ser el mismo. Para entendernos: si el que actúa en mí fuese el que actuaba en sor Teresa, también en mí tendría lugar el dicho de aquella alma santa. Entonces, dígame: ¿no tengo motivos para

Santa Verónica Giuliani Clarisa Capuchina Estigmatizada

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BENEDICTO XVI AUDIENCIA GENERAL Sala Pablo VI Miércoles 15 de diciembre de 2010   Santa Verónica Giuliani Queridos hermanos y hermanas: Hoy quiero presentar a una mística que no es de la época medieval; se trata de santa Verónica Giuliani, monja clarisa capuchina. El motivo es que el próximo 27 de diciembre se celebra el 350° aniversario de su nacimiento. Città di Castello, el lugar donde vivió durante más tiempo y donde murió, así como Mercatello —su pueblo natal— y la diócesis de Urbino, viven con alegría este acontecimiento. Verónica nace, como decía, el 27 de diciembre de 1660 en Mercatello, en el valle de Metauro, de Francesco Giuliani y Benedetta Mancini; es la última de siete hermanas, otras tres de las cuales abrazarán la vida monástica; le dan el nombre de Úrsula. A la edad de siete años pierde a su madre, y su padre se traslada a Piacenza como superintendente de aduanas del ducado de Parma. En esta ciudad Úrsula siente que crece en el

No te asuste la cruz!

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  No te asuste la cruz. La prueba más cierta de amor consiste en sufrir por el amado, y, si Dios por tanto amor tanto dolor sufrió, el dolor que se sufre por él resulta tan amable como el amor. En las aflicciones que el Señor te regala, sé paciente y confórmate al Corazón divino con alegría, sabiendo que todo es una broma continua del Amante. Las tribulaciones, las cruces, han sido siempre la herencia y la porción de las almas elegidas. Cuanto más quiere Jesús elevar un alma a la perfección, tanto más le aumenta la cruz de la tribulación. Alégrate, te digo, al verte tan privilegiada sin ningún merecimiento por tu parte. Cuanto más atribulada estés, tanto más debes alegrarte porque el alma en el fuego de las tribulaciones se convertirá en oro fino, digno de ser colocado para brillar en el palacio del cielo.   (14 de julio de 1914, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 126)   En la actualidad por nuestro ser de personas esencialmente racionalistas y muchas veces du

Saciémonos del Manjar del Cielo

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En estos tiempos tan tristes, en los que tantas almas apostatan de Dios, no consigo persuadirme de que se puede vivir la vida verdadera sin el alimento de los fuertes. En estos tiempos en que estamos rodeados continuamente por gente que tiene en el corazón el odio a Dios y la blasfemia siempre en los labios, el medio seguro para mantenernos lejos del contagio hediondo que nos rodea, es el de fortalecernos con el alimento eucarístico. Ahora bien, mantenerse sin culpa y progresar en la vida de la perfección no podrá alcanzarlo quien vive por largos meses sin saciarse de las inmaculadas carnes del Cordero divino. Yo no sé qué piensan los demás sobre este punto; para mí, dadas las particulares circunstancias en las que vivimos, es siempre ilusorio querer convencerse de que avanza hacia la perfección el que se limita a comulgar una o dos veces al año.   (9 de mayo de 1914, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 87) El cristiano que está convencido que solamente la misericord

Confía pues en este amor y recuerda...

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22 de mayo Une tu corazón al corazón de Jesús y sé siempre sencilla de corazón, como lo quiere él. Esfuérzate por imitar la sencillez de Jesús, teniendo alejado el corazón de las prudencias terrenales, de los artificios carnales. Procura tener una mente siempre pura en sus pensamientos, siempre recta en sus ideas y siempre santa en sus intenciones; y también una voluntad que no busque otra cosa más que a Dios, su complacencia, su gloria y su honor. Reflejémonos, querida mía, en Jesús, que lleva una vida escondida. Toda su infinita majestad está escondida entre las sombras y el silencio de aquel modesto taller de Nazaret. Por tanto, esforcémonos también nosotros por llevar una vida profundamente interior, escondida en Dios.   (14 de julio de 1914, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 126)     El corazón amante no desea otra cosa que el amor en sí mismo. Por eso hemos de unir tan estrechamente nuestro corazón al corazón de Jesús que existencialmente sólo

Santidad quiere decir: Dios en nuestras vidas

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10 de mayo Santidad quiere decir ser superiores a nosotros mismos, quiere decir victoria perfecta sobre todas nuestras pasiones, quiere decir despreciarnos verdadera y constantemente a nosotros mismos y a las cosas del mundo, hasta preferir la pobreza a la riqueza, la humillación a la gloria, el dolor al placer. La santidad es amar al prójimo como a nosotros mismos y por amor a Dios. La santidad, en este punto, es amar también a quien nos maldice, nos odia, nos persigue, incluso hasta hacerle el bien. La santidad es vivir humildes, desinteresados, prudentes, justos, pacientes, caritativos, castos, mansos, trabajadores, observantes de los propios deberes, no por otra finalidad que la de agradar a Dios, y para recibir sólo de él la merecida recompensa. En síntesis, según el lenguaje de los libros sagrados, la santidad, oh Raffaelina, posee en sí la virtud de transformar al hombre en Dios. (30 de diciembre de 1915, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 541)   Den

Recibe oh Madre con agrado mi ramo de rosas

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5 de mayo La Virgen Inmaculada ya se ha complacido en la flor espiritual que le has ofrecido por medio de mis manos. Nuestra buena Madre la ha encontrado, sí, en verdad un poco marchita, a causa del rocío bastante frío que le cayó encima; pero es un defecto muy leve, y tú debes hacer que recobre toda su frescura con el calor de la caridad. Sí, querida mía, nunca nada te debe parecer demasiado en esta virtud, y, aunque yo te veo bastante adelante en ella, sin embargo no ceso nunca de añadir mis exhortaciones para que abundes cada día más en la caridad, ya que es la virtud preferida y muy recomendada por el divino Maestro. De esta virtud él quiso hacer un precepto para todos sus seguidores, un precepto suyo propio y del todo nuevo, desconocido para la mayor parte de nuestros antiguos padres de la antigua alianza.   (12 de diciembre de 1914, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 261)   Un día antes de la Su Pasión, nuestro Señor Jesucristo quiso darnos ejemplo

Cristo ha resucitado, resucitemos con Él

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30 de abril   El camino trazado por el apóstol al cristiano es el de despojarse de los vicios del hombre viejo, o sea del hombre terreno, y de revestirse con las virtudes enseñadas por Jesucristo. En cuanto a despojarse de los vicios, él dice: « Mortificad vuestros miembros terrenos ». El cristiano santificado por el bautismo no queda libre de las rebeliones de los sentidos y de las pasiones; de aquí surge la necesidad imperiosa de mortificar nuestras pasiones, mientras se está en esta vida. El mismo santo apóstol experimentó en sí mismo bastante duramente la rebelión de los sentidos y de las pasiones, por lo que emitió este lamento: « Y o mismo con la mente sirvo a Dios y con la carne sirvo a la ley del pecado (es decir a la ley de la concupiscencia)». Como si hubiera querido decir: yo mismo soy siervo de la ley de Dios con la mente, pero con la carne estoy sometido a la ley del pecado. Todo lo cual va dicho para consuelo espiritual de tantas pobres almas que, asalt

Cristo Resucitado te da la fortaleza

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29 de abril Te ruego, pues, que te consueles también tú con este divino pensamiento: que tus penas espirituales y físicas son la prueba del querer divino, que desea por ese camino conformarte más al prototipo divino, a Jesucristo. […]. Para quien espera en el Señor sentirse tranquila de conciencia, no puede provenir más que del mismo Dios. Te sirva esto de respuesta a tu otra pregunta. No sentir atracción alguna por algún lugar de este mundo terrenal, no puede tener como autor a otro fuera de Dios, que quiere separar al alma de todo lo que no sea él. (28 de septiembre de 1915, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 500) La experiencia fundante de la Resurrecci ón de Jesucristo, nuestro Dios y Señor es la certeza del amor de Dios. Por ello haz de conformarte siempre y en todo a la voluntad de Dios. Sí, es verdad que no siempre es fácil, más aún que muchas veces es casi imposible, pero el Espíritu de Cristo Resucitado te da la fortaleza, te da la gracia, te da l

Que las humillaciones del Hijo de Dios...

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Deseo que las humillaciones del Hijo de Dios y la gloria que le vino de las mismas sean el objeto de tus meditaciones diarias. Consideremos los anonadamientos del Verbo divino, el «cual – según la expresión de san Pablo –, siendo de condición divina» , «habitando en él corporalmente la plenitud de la divinidad» , no consideró cosa vil abajarse hasta nosotros, para elevarnos al conocimiento de Dios. Este Verbo divino, por su plena y libre voluntad, quiso abajarse hasta hacerse como nosotros, ocultando la naturaleza divina bajo el velo de la carne humana. Dice san Pablo que de tal modo se humilló el Verbo de Dios que llegó como a aniquilarse: «Se aniquiló a sí mismo tomando la condición de siervo» . Sí, hermana mía, él quiso esconder de tal forma su naturaleza divina que asumió en todo las semejanzas del hombre, sometiéndose incluso al hambre, a la sed, al cansancio; y, para usar la misma expresión del apóstol de los gentiles: «Semejante a nosotros, probado en todo igual que

Con Jesús hasta la cruz

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21 de marzo Sé muy bien que la cruz es la prueba del amor; que la cruz es garantía de perdón; y que el amor que no es alimentado y nutrido por la cruz, no es verdadero amor, se queda en fuego de artificio. Con todo, a pesar de tener este conocimiento, este falso discípulo del Nazareno siente en su corazón que la cruz le es enormemente pesada y que muchas veces (no se escandalice y no se enfade, padre, ante lo que le voy a decir) va en busca de un piadoso cireneo que le alivie y le conforte. ¿Qué mérito puede tener mi amor ante Dios? Temo mucho por esto, por si mi amor por Dios es amor verdadero. Y ésta es también una de las espadas que, junto a las muchas otras, me oprime en ciertos momentos y hace que me sienta aplastado. Y sin embargo, padre mío, tengo el grandísimo deseo de sufrir por amor a Jesús. ¿Y cómo explicar que después, ante la prueba, contra mi voluntad, se busque algún alivio? Cuánta fuerza y violencia debo hacerme en estas pruebas para hacer callar a