Consúmete en agradar a Dios
14
de diciembre
Continúa consumiéndote en ese vivísimo deseo de agradar a
Jesús; y él, que es tan bueno y no mira demasiado minuciosamente, recompensará
esos santos deseos, haciéndote crecer y avanzar por sus sendas santas.
Vive toda para él, alejando de ti para siempre todos esos
pensamientos inútiles que llenan el corazón de vanidad y que confunden y
ofuscan el entendimiento.
En todas tus acciones, también en las más indiferentes,
busca con sinceridad realizarlas con la recta intención de agradar a Dios,
rechazando hasta el más mínimo deseo del propio bien. ¿Y qué bien más valioso
para el alma que el de agradar al Señor?
En relación a ti misma, ten siempre una actitud humilde,
convencida de que todos los servicios que el alma pueda ofrecer a Dios, aunque
sean muchísimos, son siempre poca cosa; y, si alcanzan honra y mérito, es por
la gracia del Señor.
(12 de septiembre de 1915, a Anita Rodote –
Ep. III, p. 98)
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