Renueva la inquietud de tu corazón
3
de diciembre
San Agustín dice muy bien: «Que nuestro corazón está inquieto hasta que no reposa en el objeto de
su amor».
Pero tú sabes muy bien que el amor perfecto se alcanzará
cuando se posea el objeto de este amor; pero el objeto de este amor sólo se
poseerá cuando, no a través de velos, sino cara a cara, como nos dice san
Pablo, el alma vea cómo es, cuando lo conozca como nos conocemos a nosotros
mismos, y todo esto no se podrá conseguir sino cuando se abran las puertas de
nuestra cárcel.
De esto puedes deducir el gran sufrimiento que debe
suponer para el alma a la que Dios ha descubierto algunos de sus tesoros
celestiales, verse aún en camino, en tierra de exilio.
(4 de abril de 1915, a Raffaelina Cerase – Ep.
II, p. 403)
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