El Señor y la santísima Virgen te hagan cada vez más digna de la gloria eterna
22 de diciembre
Quiero desearte de nuevo felices fiestas del santo Niño
con toda tu preciosísima familia. El Señor y la santísima Virgen te hagan cada
vez más digna de la gloria eterna. Con esta fe y con estos sentimientos, os
deseo a todas vosotras muy felices las hermosas fiestas del santísimo
nacimiento de Jesús Niño, y hago fervientes votos para que puedas repetirlas
durante el mayor tiempo posible de vida, y siempre con creciente caridad, que
es la reina y madre de todas las virtudes.
¡Oh, qué sublime es la bella virtud de la caridad que nos
ha traído el Niño Dios! Todos deben llevarla en el corazón, y sobre todo
quienes hacen profesión de santidad. A esta santidad el Señor, sin mérito
alguno de tu parte, te ha llamado; y, si es cierto que te veo bien encaminada
en la caridad, no por eso dejo de invitarte continuamente a que sigas avanzando
cada día más en ella.
(22 de diciembre de 1914, a
Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 280)
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