Cuarto día de la novena en Honor de San Pío de Pietrelcina


 

LA FE CONDUCE A  AMAR A DIOS Y LA PROPIA SANTIFICACIÓN

 

b. La fe guía segura y clarificadora

 

Por lo que se refiere a la eficacia de la fe en la práctica de la vida cristiana, el P. Pío reclama nuestra atención principalmente acerca de dos puntos trascendentales para avanzar por los caminos de la propia santificación.

Ante todo el alma guiada por el espíritu de fe sabe que se sirve de un arma, garantía de la victoria: <<Y esta es la victoria que vence al mundo, vuestra fe >> (1 Jn 5,4). En las batallas del espíritu no cuentan preferentemente los medios naturales y humanos, que son de una eficacia limitada, sino más bien los medios sobrenaturales y trascendentes; se actúa en Dios y con Dios, que ha empeñado su palabra. Y es lo que el alma nunca debe olvidar:

 

  • <<Tened calma y reavivad nuestra fe, vuestra confianza en Dios. Sed humildes y sumisas a la voluntad divina y nada podrá hacer daño a vuestro espíritu >> (30-10-1915, III, 149.
  • <<Sí, hija mía, no te desanimes si el estado de prueba va siempre “in crescendo”. Tú crees y pon tu corazón en alto, y puedes estar segura, de que no hay temor de pérdida >> (22-10-1916, III, 400).
  • <<Reavivad siempre vuestra fe y nunca la abandonéis, que ella no abandona jamás al hombre, y mucho menos al alma que con vehemencia desea amar a Dios >> (28-21915, II, 361)
  • <<¡Arriba, arriba los corazones! Ascendamos hasta el trono de Dios; aquí no se combate con la fuerza del cuerpo, sino con la virtud del alma; aquí se alza a la victoria no con armas de acero, sino con la oración; aquí la fe mantiene hasta el fin de la prueba […]. Avivemos nuestra fe y tengamos presente la estrepitosa victoria registrada en las páginas sagradas >> (14-10-1915, II, 517).

 

Además quien vive de la fe aprende a contemplarlo todo según el talante de la visión de Dios; descubre el modo de regularse en conformidad con los principios evangélicos y por tanto todo lo juzga, personas, cosas y los acontecimientos, las realidades contingentes y transitorias a través de una óptica sobrenatural. Y así la fe es la guía segura para pensar y hablar, para amar y actuar.

 

  • <<Dispongámonos siempre a reconocer en todos los acontecimientos de la vida el orden sapientísimo de la divina providencia, adorémosla y hagamos que nuestra voluntad siempre y en todo esté informada de la de Dios, que así glorificaremos al Padre celestial y todo nos será ventajoso para la vida eterna >> (23-2-1915, II, 341).
  • <<En todos los sucesos de la vida reconozcamos l divina voluntad, adoradla, bendecidla. Especialmente en las cosas más duras para vosotras, no seáis solícitas en buscar la liberación >> (4-3-1915, II, 570).
  • <<en la parte superior [del alma] reside, como en su trono el espíritu de fe que debe consolaros en las aflicciones. Qué felices son aquellas almas que viven de la fe, que en todo adoran los justos santos juicios de Dios y que se alegran en la aflicción y que hacen que el ajenjo se convierta en miel >> (25-7-1917, III, 809)

 

c. Propagación de la fe

 

Finalmente  la fe es un don gratuito y de tales dimensiones que obliga a que el alma lo agradezca siempre al divino bienhechor; sobre todo considerándose privilegiada frente a tantos otros que no han sido iluminados por esta luz extraordinaria y no han podido gozar de su claridad.

El alma no quiere y no puede gozar sola de este don. Por ello con espíritu misionero quiere contribuir a propagar este reino de fe, sirviéndose de la conocida trilogía: oración, sacrificio, testimonio: con las palabras, con las plegarias, con las ofrendas. Y de modo particular con los sacerdotes heraldos del evangelio y con todos aquellos que en la Iglesia tienen el compromiso de propagar y defender la fe.

 

  • <<Agradeces sin descanso la liberalidad de un tan buen Padre y suplicadle que acreciente siempre cada vez más en vuestro corazón la santa caridad. No todos somos llamados por Dios a salvar las almas y a propagar su gloria mediante el apostolado de la predicación; y se debe saber que no es éste el único medio para alcanzar estos dos grandes ideales. El alma puede propagar la gloria de Dios y trabajar por la salvación de las almas mediante una vida verdaderamente cristiana, rogando incesantemente al Señor “que venga su reino”, que su santísimo nombre “sea santificado”, que “no permita la tentación” que “nos libre del mal”.

Esto es lo que también vosotras debéis hacer, ofreciéndoos totalmente y continuamente a vosotras mismas al Señor con este fin. Rogad por los pérfidos, rogad por los tibios, rogad por los fervorosos, pero de modo especial rogad por el Sumo Pontífice, por todas las necesidades espirituales y temporales de la Iglesia, nuestra tierna Madre; y una oración especial por todos aquellos que trabajan por la salvación de las almas y por la gloria de Dios en las misiones entre los infieles e incrédulos.

De nuevo vuelo a exhortarte a que te consagres pro entero y también a todas aquellas almas a las cuales puedas inducirles a esta empresa salvadora, con la seguridad de que este es el más excelente apostolado que un alma puede realizar  en la Iglesia de Dios >> (11-4-1914, II, 70-71).

  • <<Agradece  a Dios cien veces al día el haber llegado a ser hija de la Iglesia, a ejemplo de tantos santos hermanos nuestros, que nos han precedido en esta nuestra peregrinación. Ten gran compasión de todos los pastores, predicadores y directores de almas, esparcidos por toda la tierra, porque no hay en el mundo provincia donde no los haya. Ruega a Dios por ellos, a fin de que salvándose a sí mismos, procuren fructuosamente la salvación de almas >> (27-1-1918, III, 707, cfr 839)

 

En conformidad con estos principios animaba y estimulaba a sus hijas espirituales a comprometerse en obras externas de apostolado a fin de que todos los cristianos llegaran a conocer y apreciar los tesoros de la fe profesada en el santo bautismo.

  • <<En relación con lo que me dices respecto a enseñar a esas niñas el catecismo, no tengo nada que oponer. Tienes, por tanto mi aprobación y bendición>> (8-11-1916, III, 457).
  • <<Bendigo de todo corazón la obra de catequizar a los niños, que son las flores predilectas de Jesús. Bendigo también la obra de las celadoras de las obras misioneras>> (10-3-1923, III, 457).
  • <<Apruebo el que tú colabores en ganar almas para Jesús, enseñándoles el modo de agradarle>> (15-6-1923, III, 459).

 

Señor Dios nuestro

Padre de misericordia y Dios de todo consuelo

Concédenos la luz del Espíritu Santo

Para creer, amar y dar a conocer

A tu Santísimo Hijo.

Tú que vives y reinas,

Por los siglos de los siglos. Amén.

 

Reza tres Padres nuestros, tres Ave María y Gloria al Padre…

Oración final:

 

Oh Dios que a san Pío de Pietrelcina

Sacerdote Capuchino

le has concedido el insigne privilegio

de participar de modo admirable

en la pasión de tu Hijo,

concédenos por su intercesión,

identificarnos en la muerte de Cristo

para participar de su resurrección.

Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

NOVENA COMPLETA A SANTA CLARA DE ASÍS.

TRIDUO EN HONOR A SAN FRANCISCO: Primer día

Novena al Padre Pío de Pietrelcina